El cierre de mercado, un trámite agridulce para el Betis

A escasos tres días del cierre de mercado, el Real Betis debe ultimar en estos días la llegada de los refuerzos anhelados. Un defensa, un mediocentro defensivo y algún futbolista de ataque que lleguen para paliar las carencias registradas en el presente curso y que tantos quebraderos han dado a Quique Setién. Un mercado invernal que ha dejado sabor agridulce en la última década, con notables incorporaciones que no llegaron a cuajar en Heliópolis.

Desde que el conjunto verdiblanco subió por última vez ha primera, cinco han sido los futbolistas que han llegado a la capital hispalense. Cuatro cesiones y un traspaso que no llegaron a satisfacer las necesidades del equipo, compaginando altas fichas con rendimientos tardíos. Leandro Damiao, Musonda y Montoya llegaron en enero de 2016 a la disciplina verdiblanca. Tres futbolistas llamados a ser importantes en Heliópolis y que rayaron un nivel desigual. El extremo y el lateral cumplieron con creces las expectativas, algo que no pudo igualar el ariete merced a la ausencia de oportunidades. Tres rendimientos dispares que acabarían esfumándose tras cesiones que no lograron más que curar la sensibilidad bética a corto plazo.
Peor si cabe sabor de boca dejaron futbolistas como Héctor Rodas, Alin Tosca, Portillo o Rubén Pardo, aunque estos dos últimos superaron la criba. Cuatro futbolistas que llegaron en 2015 y 2017 sucesivamente y que no supusieron más que un parche para cubrir las carencias puntuales del equipo. Un mercado que aún guarda efectos secundarios con el central rumano, al que no se le ha conseguido encontrar equipo merced a los altos emolumentos que pide el Betis.
Uno de los mercados más llamativos en Heliópolis llegó en 2014. Por aquel entonces, la casi desahuciada situación del Betis obligó a tirar la casa por la ventana en el mercado invernal. Baptistao, Adán y Ndiaye birlaron a las arcas del club algo más de tres millones de euros que terminarían en la división de plata, en una temporada donde la eliminación de Europa League y el descenso acabarían dejando en entredicho las carencias de un equipo que acabó condenado en la segunda división. No obstante, la valía de Adán o Ndiaye todavía se recuerda en el Villamarín, con dos de los mejores fichajes del último lustro.
En la retina quedan Paulao, Guillermo Molins, Jonathan Pereira, Branko Ilic o Dorlan Pabón, futbolistas que dejaron mal sabor de boca en la entidad verdiblanca y que corroboran que el mercado invernal no siempre supone una apuesta segura, aunque cabe destacar que el último es uno de los fichajes más fructíferos como fugaz de la historia del Betis.