Los niños del Betis Deportivo están aprendiendo a marchas forzadas lo que es esta Tercera División. No sólo cuando meten siete u ocho goles, también en estas tardes de fútbol, como ante el Utrera. Un equipo que mezcla veteranos históricos para la categoría y otros que se han curtido, la mayoría, en Heliópolis. Y claro, cuando no sabes jugar estos partidos, pasa lo que pasa.
Y pasó que el filial del Betis se dejó dos puntos de una forma casi esperpéntica. Con el rival en inferioridad, casi dando por bueno el 1-0, pero un error de Iván Navarro, uno de los que ya tiene la lección aprendida de la categoría, permitió al equipo utrerano firmar un épico empate.
Una mala acción de Iván Navarro en la recta final propició un penalti y el empate del Utrera que jugaba en inferioridad numérica
Pero para llegar ese empate, que muchos veían posible en la segunda parte, hubo una mala lectura del encuentro. Los pupilos de José Juan Romero apenas crearon peligro con el marcador a favor, salvo un disparo del propio Iván Navarro que acabó, no se sabe cómo, en el larguero. Robert, que casi la lía en el gol de Abreu, estuvo desaparecido y eso es mala señal en este filial.
Sobre todo si los jugadores están cargados y apenas pueden tocar la pelota por culpa de un césped infame, impropio de un club de élite como el Betis. Mucho están tardando José Juan y hasta Quique Setién de clamar al cielo públicamente por el verde, o lo que sea, de la Ciudad Deportiva.