El Betis de Quique Setién encara el partido del partido del próximo sábado ante el Éibar en el Benito Villamarín para lograr su cuarta victoria liguera consecutiva tras las logradas sucesivamente ante la Real Sociedad (1-0), Rayo Vallecano (2-0) y Espanyol (1-3).
El equipo bético se centra ya en cerrar el año de la mejor manera posible tras una semana en la que ha tenido la comida de Navidad con todos sus estamentos, sus jugadores han visitado varios hospitales de Sevilla y el técnico ha tenido ocasión de cumplir su sueño de jugar al ajedrez con el campeón mundial Anatoli Karpov, de la mano de ElDesmarque.
Una vez cumplimentado el ritual navideño, el equipo bético sólo mira al compromiso del sábado ante los suyos, con un previsible lleno en el Villamarín ante el buen estado de forma de su equipo, encaramado en la quinta posición de LaLiga Santander con 25 puntos y clasificado para los dieciseisavos de final de Liga Europa y octavos de la Copa del Rey.
Para el partido ante el Éibar, Setién cuenta con las dos únicas bajas seguras del mexicano Andrés Guardado y del lateral dominicano Júnior Firpo, quienes convalecen de sendas lesiones musculares que los mantendrán apartados de los terrenos de juego hasta pasadas las fiestas navideñas.
El medio tapatío, con una rotura en su isquiotibial izquierdo, podría estar listo para el primero de los partidos del Betis tras el parón, el 5 de enero ante el Huesca en El Alcoraz; mientras que el dominicano, con otra en el recto de su muslo derecho, podría apurar para llegar el 13 de ese mes ante el Real Madrid, en función del plazo de cuatro semanas de recuperación dado a ambos por los servicios médicos del club.
Como ya se ha hecho en canchas de baloncesto y en estadios de fútbol como el del Charleroi belga o el Feyenoord holandés, el Betis ha programado para el partido ante el Éibar una 'lluvia' de peluches en el descanso y una recogida de productos navideños en diversas zonas habilitadas en el estadio bético.