El Betis comenzó el año con una derrota en El Alcoraz ante el Huesca, en un escenario en el que los verdiblancos estaban obligados a ganar. No lo hizo en un frío partido, como el ambiente y la temperatura, en el que apenas creó ocasiones ante el colista y en el que desaprovechó la ventaja que le dio un gol de penalti anotado por Sanabria. Ferreiro y Rivera le dieron la vuelta al marcador en los últimos veinte minutos.
Los verdiblancos llegaban a la cita después de no conocer la derrota en los últimos siete partidos entre las tres competiciones. Fue ante el Villarreal la última vez que perdió. El Huesca, por su parte, no ganaba desde que lo hiciera en la primera jornada contra el Éibar. Unos precedentes que invitaban a pensar algo muy diferente a lo que sucedió.
Sin embargo, el encuentro del Betis fue sencillamente horrible. Ni con la pelota creó ocasiones reales de gol, poco más allá del penalti, ni sin ella fue capaz de sujetar a un Huesca voluntarioso pero con recursos limitados. Los goles encajados demostraron lo segundo con un endeble balance defensivo en las dos acciones.
Setién sorprendió en el primer once del año con la inclusión del doble pivote formado por William Carvalho y Javi García. También apostó por una dupla en la delantera, la que compusieron Loren y Sanabria. Sin embargo, la principal novedad en la alineación del Betis fue la suplencia de Giovani Lo Celso. Probablemente el técnico miraba de reojo los siguientes compromisos del equipo.
La primera parte del Betis fue como el ambiente y el aspecto de El Alcoraz. Fría. Los vediblancos dominaron como siempre la pelota, pero no se sintieron cómodos realmente. No lo hicieron porque firmaron demasiadas pérdidas a la hora de construir. Unas veces fue Javi García, con problemas para girarse, otras Tello, otras en salidas con demasiada suficiencia de Bartra…
Tampoco estaba cómodo el equipo de Setién porque no encontró la profundidad para pisar con peligro real la meta del Huesca. Más allá de la reclamación de un penalti sobre Francis o un centro de Canales, el Betis no llegaba. Ni tampoco gozó de ocasiones. Sí las tuvo, sin que fueran demasiadas claras, el cuadro aragonés. El Cucho probó a Pau López y también lo intentó de lejos Miramón.
Sólo Canales dejaba la impresión de tener la varita mágica para romper líneas con un pase o una conducción. Arriba no mezclaban bien la pareja Loren-Sanabria. El canterano sí tuvo alguna aparición, aunque fuera lejos del área. El paraguayo estuvo casi inédito en una primera parte en la que Feddal, especialmente en el primer tramo, tuvo problemas en su zona.
No varió demasiado la segunda parte la tónica del partido. Claro que el primer golpe del Betis fue contundente. Un penalti sobre Tello fue aprovechado por Sanabria, no sin suspense, para adelantar a los béticos (54’). Dos minutos después la tuvo el Huesca en una doble ocasión. Primero Miramón no pudo superar a Pau y luego el rechace para el Cuchu la mandó fuera con todo a su favor.
Setién le dio entrada entonces a Guardado, que volvió a los terrenos de juego, y a Lo Celso. El gol y el hecho de que Canales tuviera dos nuevos socios le dio otro aire al Betis que se sintió más suelto con la pelota. Pudo sentenciar en una acción en la que Tello no conectó el pase final en una contra iniciada con un pase magistral del argentino.
No sentenció y lo pagó caro minutos después. Precisamente un fallo en la salida del catalán originó la acción del empate. Gallar desde la izquierda sirvió para que Ferreiro cabecera solo en boca de gol (74'). El gol le dio vida al Huesca que dio un pasito al frente. Eso provocó también que los verdiblancos encontraran más espacios.
El partido se complicó aún más para el Betis en el 78' con el segundo gol del Huesca. Una volea de Christian Rivera encontró el fondo de las mallas. Un balón parado, un despeje y ningún jugador verdiblanco acudió a la segunda jugada a taponar el disparo. Los goles noqueaban al equipo heliopolitano que no encontraba la fórmula para crear peligro. Ahí murió el partido sin capacidad de reacción del equipo bético.