Sergio Canales ha mutado en el Betis en un jugador diferente, igual pero distinto, al que deslumbró hace una década en el Racing de Santander y lo ha hecho apoyado en una metamorfosis física que le ha hecho crecer exponencialmente en su juego y ser uno de los motores de la sala de máquinas del juego de los de Quique Setién.
La carrera de cincuenta metros tras la que sirvió a Loren Morón el segundo gol del Betis y el aplomo de pedirse, tirar y marcar un penalti en el minuto 94 en la victoria bética ante el Girona (3-2) hablan a las claras del despliegue, la capacidad y el aplomo creciente de este jugador que llegó al Benito Villamarín esta temporada tras una dilatada trayectoria pese a sus veintisiete años.
El físico, tras las tres graves lesiones de rodilla que han jalonado su carrera en el Rácing de Santander, Real Madrid, Valencia y Real Sociedad, pudo ser una de las incertidumbres que se cernían sobre el cántabro cuando se comprometió con el Betis tras levantar el vuelo y consolidarse en una fructífera etapa de cuatro años en San Sebastián.
Sin embargo, ha sido precisamente la transformación de su físico lo que le ha convertido en una de las claves del juego bético asociado al talento ilimitado del argentino Giovani Lo Celso, al suyo propio desde que debutó en 2008 en el Racing, y a la solvencia defensiva del centrocampista portugués William Carvalho.
Junto a ellos, Sergio Canales nunca ha escondido su admiración por el mexicano Andrés Guardado, otro de los jugadores franquicia del mediocampo bético junto al capitán Joaquín Sánchez, otros de los socios habituales del juego del santanderino.
El talento en Canales se suponía como el valor en la mili, aunque siempre hubo sobre el cántabro la duda sobre su fragilidad, incógnita que ha desterrado en el Villamarín con una fortaleza que le han hecho desplegar registros hasta ahora inéditos o poco desarrollados en su juego siempre exquisito.
El cántabro ha cogido galones en el juego bético a base de ofrecerse siempre, bajar a recibir, asociarse y tocar como reza el credo de Setién, aguantar el balón y romper arriba por las dos bandas con la libertad que le ha dado su mentor y que ha desplegado al fortalecer un físico que es el que ha podido marcar su trayectoria.
Sergio Canales, quien el próximo febrero cumplirá 28 años y que tiene contrato con el Betis hasta 2022, es uno de los fijos y de los jugadores más utilizados por Setién junto a la pareja de centrales formada por el argelino Aïssa Mandi y Marc Bartra, quienes conforman el trío que menos entra en las rotaciones definitorias de la gestión de la plantilla bética por parte del técnico de Santander.
Esta confianza, adicional a la de su propio físico, ése que le hace llegar a los minutos finales con sobrado riego de oxígeno para pedirse y tirar un penalti decisivo, se ha traducido también en su eficacia ante el gol, faceta en la que ha anotado cinco en Liga y uno en competición europea y Copa del Rey.
Además del decisivo que supuso la victoria bética ante el Girona, Sergio Canales también anotó el del empate final ante el Celta (3-3) de una falta que también se pidió, como el penalti ante los gerundenses, y que clavó de un zurdazo desde veinticinco metros, otra de sus aportaciones a la libreta de Quique Setién.
Desde que con apenas 17 años debutara en el equipo de su tierra, el mediapunta santanderino ha sido internacional sub 17, sub 18, sub 19, sub 20 y sub-21; y se proclamó campeón de Europa con España en las categorías sub-17 (Turquía 2008) y sub-21 (Israel 2013).
Una de las asignaturas pendientes del de Santander es, sin embargo, la internacionalidad absoluta a la que está llamando esta temporada tras estar en la pasada en una convocatoria previa del exseleccionador Julen Lopetegui, antecesor de Luis Enrique Martínez.
"No sólo es complicado estar en la selección, sino estar en la cabeza del seleccionador", confesó en su día Sergio Canales, a quien Luis Enrique pudo ver, entre otros partidos, en el que el santanderino contribuyó con un gol a la victoria bética de esta temporada en el Camp Nou ante el Barcelona por 3-4.