El Betis entra en la semana final de junio con varios frentes abiertos en la planificación. Todavía con un mercado que se mueve poco en general en el mundo del fútbol, el conjunto bético ha cerrado el cambio de entrenador -de Setién a Rubi-, las salidas oficiales de Sergio León y Álex Alegría, así como la contratación de Juanmi para reforzar el ataque.
Sin embargo, el club heliopolitano trabaja con intensidad estos días pese a que se no cristalicen públicamente las operaciones abiertas. Borja Iglesias y Álex Moreno, el delantero y el lateral zurdo, copan buena parte de la atención bética para reforzar las dos posiciones prioritarias señaladas en la planificación.
El caso de Álex Moreno, con el acuerdo con el futbolista, resta por resolver la operación con el Rayo. De los 18 millones de euros de la cláusula que pedían los rayistas a los algo más de 6 que ofrecía el Betis hay un trecho que en las últimas semanas se ha acercado. Un tira y afloja que debe acabar con el lateral bético de verdiblanco.
Más complicado es estos momentos la operación de Borja Iglesias, objetivo número para la delantera. El Espanyol quiere los 28 millones de la cláusula de una vez, mientras que el Betis busca fórmulas para aplazar el pago. En este caso se intuye una partida de largo recorrido, sin descartar otras opciones para la delantera.
En paralelo las posibles ventas ocupan otro capítulo importante en la planificación. Futbolistas como Lo Celso, Junior, Pau López o Bartra son objeto de deseo de varios clubes europeos. Sin embargo, las propuestas no alcanzan lo que el Betis aceptaría, aunque el mercado aún está parado y el efecto dominó puede agitarlo si los grandes mueven fichas.
Precisamente ese un detalle a tener en cuenta. El cambio de mes de junio a julio supondrá un nuevo curso fiscal en lo deportivo. Algo que tienen presente los clubes a la hora de acometer importantes operaciones. La que viene, por tanto, podría haber un acelerón generalizado que también pueda afectar al Betis.