Muchos dicen que el fútbol es poco más que 22 futbolistas corriendo detrás de una pelota. Pero todos ellos se equivocan. Así lo ratifica la historia del pequeño Lucas, que se enamoró del Real Betis a 1.000 kilómetros de distancia. Y poco le importa no haber pisado Sevilla en su vida, ni siquiera haber visto un partido de su equipo en directo. Para él, valió la pena la espera.
Este domingo se cierra una semana inolvidable para el pequeño. Poco importó la derrota en Villarreal, pues Lucas, vasco y con una pequeña discapacidad, cumplió su sueño el pasado martes en el Benito Villamarín. Un premio que no le quitará nadie. Procedente de San Sebastián, el pequeño visitó por primera vez el feudo de 'su' Betis ante el Levante.
Una noche que esperaba desde hace tiempo, de ahí que asistiera al Villamarín con "muchas ganas". Pese a los casi 1.000 kilómetros que separan San Sebastián de Sevilla, Lucas se enamoró del Real Betis viendo cada partido en televisión, de ahí que de la noche a la mañana, como explicó su madre en los medios oficiales del club, se conociese a todos los jugadores y hasta el himno.
El padre de Lucas, sobre la pasión de su hijo: "Cada vez que mete un gol todo el vecindario se entera"
"Se pone como loco, cada vez que mete un gol todo el vecindario se entera que ha metido gol", comentaba el padre. El martes por fin pudo celebrar los goles de su Betis en directo y no por la televisión, en el Benito Villamarín. Y lo hizo de la mejor manera posible, remontando el encuentro y celebrando el segundo triunfo del curso.
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Se nos ha metido algo en el ojo. pic.twitter.com/FABaMJeun0
— Real Betis Balompié 🌴💚 (@RealBetis) September 27, 2019
Grande Luquitas!!!