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La intrahistoria de la camiseta de Joaquín que Porzingis luce en la NBA

Porzingis y Manuel Valdivieso.
Nacho Delgado

Toda historia tiene su intrahistoria. La historia de la camiseta de Joaquín que Porzingis luce por el universo NBA también la tiene. Y, por supuesto, resulta tremendamente curiosa. Como no deja de ser curioso que un letón alzado al estrellato en la mejor liga de baloncesto del mundo decida pasearse por la Gran Manzana con la elástica de las trece barras.

El inicio radica en la familia Valdivieso. Manuel Valdivieso ejerce desde hace más de dos años como fisioterapeuta personal de Kristaps Porzingis, puesto que compatibiliza con el de Strenght and Conditioning Coach de los Dallas Mavericks. Pero es mucho más que eso. El exjugador del mítico Caja San Fernando (ahora llamado Coosur Betis) y otros clubes de baloncesto es su compañero, su amigo, prácticamente un hermano.

Como su padre, Manuel Valdivieso profesa el beticismo y se enorgullece de ello. En su etapa como fisioterapeuta del Baloncesto Sevilla y del entonces denominado Real Betis Energía Plus, comenzó a tener relación con el jugador letón. Poco después, éste dio el salto a la NBA para militar en los New York Knicks.

Porzingis se lleva con él a Valdivieso a Nueva York

La estrecha relación que se había establecido entre ambos no tardó en ir más allá. Fruto del buen trabajo realizado en Sevilla, Porzingis depositó su total confianza en Manuel Valdivieso. Se lo llevó en 2017 al Eurobásket como parte de la expedición de la selección letona y posteriormente a la ciudad más importante del mundo. Al Madison Square Garden. Casi nada.

Manuel Valdivieso muestra la camiseta de Joaquín que le regaló a Kristaps Porzingis y que éste pasea por la NBA.

Las largas conversaciones que ambos mantenían con la camilla como testigo siempre acababan recalando en el Real Betis Balompié. Valdivieso le hablaba a Porzingis de lo que supone el Betis en una ciudad como Sevilla; del sentimiento bético, de una cuasi religión futbolística. Entre esas historias, también cabían las de Lopera. Al pívot letón le hacían mucha gracia. Se reía tanto con ellas como con los 'memes' y los vídeos a los que daban lugar.

Pero, sobre todo, a Porzingis siempre le sedujo la figura de Joaquín. Valdivieso se afanaba por retratarle una personalidad clave para el beticismo y una figura futbolística de gran relieve a nivel nacional e incluso, en cierta medida, internacional. Mucho más allá de sus bromas, Joaquín era un ídolo deportivo para un chaval criado durante varios años en Sevilla y que alucinó la primera vez que pisó el Benito Villamarín.

La huella que el Betis dejó en Kristaps

El club de baloncesto aún no estaba integrado en el Real Betis Balompié, pero Porzingis ya tuvo conciencia de lo que suponía el sentir del beticismo. Hablamos de 2015. El calor y la entrega de la afición verdiblanca dejaron huella en un espigado joven nacido en Liepaja, una fría localidad letona. Con las manos en la cabeza asistía 'flipado' al amor de unos hinchas por sus colores.

Porzingis se encontraba en vías de 'convertirse' al beticismo. No en vano, también lo tenía cerca por el delegado del equipo de baloncesto, Curro Ramos, otro bético militante y amigo suyo personal. El joven nazareno ha ayudado a los Valdivieso a materializar su proselitismo.

El ferviente beticismo de esta familia sevillana, macarena y del Pumarejo cobra especial relevancia en Manuel Validivieso padre. La relación laboral y personal de su hijo con Porzingis hizo que visitara junto a su esposa en varias ocasiones Estados Unidos. El patriarca de los Valdivieso disfrutaba del progreso profesional de su vástago, pero también del buen trato de Porzingis, un chico muy humilde que siempre los ha visto como parte de su familia.

La familia de Manuel Valdivieso posa en el pabellón de los Dallas Mavericks de la NBA.

El padre de Valdivieso buscaba una forma de agradecer al joven pívot su buen trato. Y en esto surgió la chispa del beticismo. Por Manuel Valdivieso júnior sabía del interés continuo de Porzingis por la actualidad tanto del equipo de baloncesto, que sigue considerando su casa, como del de fútbol, donde sigue haciendo historia el artista Joaquín.

De acuerdo con su hijo y conociendo la afinidad bética creciente en Porzingis, no lo dudó. Se plantó en el Benito Villamarín, se dirigió a la tienda del club y le compró la camiseta del Real Betis Balompié grabada con el nombre de Joaquín.

El mejor regalo posible

Y el regalo no pudo tener mejor efecto. Kristaps acogió tan bien el presente que no dudó en estrenarla nada menos que en un Media Day con los New York Knicks. Imagínense a una de las estrellas emergentes de la NBA presentándose ante los Medios de Comunicación internacionales con la camiseta del equipo de Heliópolis. Interesante resultaría cuantificar el impacto que ese detalle puede tener en la expansión de la marca Betis por el mundo.

Eso fue la pasada campaña. Tras una complicada lesión de rodilla, ahora Porzingis ha recalado en otro equipo de la NBA, los Dallas Mavericks. Pero la historia continúa. Hace unos días, el pívot letón aprovechó la presentación oficial del equipo para ponerse la camiseta de Joaquín.

Porzingis se paseó por Dallas con la camiseta bética, provocando un gran revuelo tanto en la ciudad del estado de Texas como en las redes sociales de medio mundo. Mucha gente se preguntaría probablemente: ¿Por qué lleva una camiseta verdiblanca? ¿Qué es el Betis?¿Quién es Joaquín? O quizá alguno ya lo sabía.

Las respuestas a esas preguntas las domina todas perfectamente Kristaps Porzingis, pero sobre todo la familia Valdivieso. Ellos son los grandes responsables de que el nombre del Real Betis Balompié se propague por el universo NBA.

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