Miles y miles de reacciones de parte de todo el mundo se están produciendo desde que se conoció la noticia del trágico accidente de helicóptero que acabó con la vida de Kobe Bryant, su hija Gianna Maria y la de otras siete personas. Unas de las que no tardó en llegar fue la del jugador del Real Betis Marc Bartra.
El defensa catalán mostró su pesar junto a una foto con la leyenda del baloncesto de Los Ángeles Lakers, al que conoció en una pretemporada del FC Barcelona en Estados Unidos. "Siempre en nuestros pensamientos, Kobe. Todo mi apoyo a la familia. Descansa en paz Leyenda", escribió Marc Bartra poco antes de lanzar una larga reflexión sobre la vida en una stories de su cuenta de Instagram.
Always in our thoughts, Kobe. All my support to the family. Descansa en paz Leyenda. 🙏🏼 😔 #RIPKobeBryant pic.twitter.com/ZV44XdM65h
— Marc Bartra (@MarcBartra) January 26, 2020
Con el texto que reproducimos a continuación, el futbolista del Betis (sufrió daños en un atentado con bombas en 2017) cuenta sus pensamientos y su forma de ver la vida, una vida que considera un "regalo" y que hay que exprimirla al máximo.
Marc Bartra: "Cada día que pasa tengo más claro que la vida es un regalo que se nos concede al nacer. Nunca sabes cuándo será esa última sonrisa, ese último abrazo, ese último momento"
"Cada día que pasa tengo más claro que la vida es un regalo que se nos concede al nacer, el mejor regalo. Que hay que cuidarlo, mimarlo, valorarlo y exprimirlo… Dejarlo aún mejor de cómo lo hemos encontrado. Que cada día que pase nos sirva para evolucionar, para mejorar, para amar aún más a nuestra gente, a nuestras ilusiones y a nuestros sueños. Agarrarlos para no dejarlos ir NUNCA. Porque nunca sabes… nunca sabes cuándo será esa última sonrisa, ese último abrazo, ese último momento… y al final hay que vivirlos. Marc", escribió.
Cabe recordar que Marc Bartra sufrió daños en un atentado con tres bombas contra el autobús del Borussia Dortmund, en abril de 2017. Un altercado que le produjo una fractura de radio y le obligó a tener que pasar por quirófano por los restos de metralla y cristal en el brazo. El autor fue condenado a 14 años de prisión, tras reconocer que buscaba extender el miedo y el terror sin intención de matar.