La emotiva carta de despedida del exbético Caffa

Juan Pablo Caffa, el que fuera futbolista del Betis entre otros, ha puesto punto y final a su carrera futbolística a sus 35 años de edad. El argentino, que ha colgado las botas tras su última experiencia en Estados Unidos, lo ha hecho con una extensa y emotiva carta en la que afloran los sentimientos en un momento tan especial de un jugador.

El Violinista militó en el Betis durante cuatro temporadas, con una intercalada de por medio en el Zaragoza. Fue entre 2006 y 2011, en los que acumuló 73 partidos como verdiblanco en los que hizo 8 goles. Caffa cuelga ahora las botas y lo ha hecho echando la vista atrás con una carta que ha colgado en sus redes sociales.

La carta completa es la siguiente:

"Uno piensa que va a jugar para siempre, no te detenés a pensarlo. Pero ahora viendo todo desde afuera tiene sentido que el mejor del mundo tenga fecha de caducidad o dure, en el mejor de los casos, 20 años. Me fui preparando para el impacto y aún así ya lo extraño todas las mañanas. No creo que pase un día sin que lo extrañe.

Se que no encontraré sensación similar alguna a los instantes antes al salir a la cancha. Ni te cuento después de ver que la pelota toca la red. Pero siento que fui un privilegiado y viví cosas que jamás imaginé: Salir campeón del fútbol argentino, jugar en una de las mejores ligas del mundo... Aunque si pensás que todo es disfrute te digo que estás equivocado. Sufrí mucho más de lo que festejé sin duda alguna, pero esos momentos que disfruté... No sé, la verdad que no podría ni expresar lo maravilloso que realmente fue.

Conocí gente maravillosa a los que puedo llamar amigos, lo cual es muy complicado en este ambiente individualista y egoísta, más allá de ser un deporte en equipo. Compañeros, técnicos, dirigentes, utilleros, cuerpo médico de todos ustedes aprendí mucho y sólo quiero agradecerles la paciencia y el cariño durante todos estos años.

También a vos, que habrás gritado algún gol o que tal vez me hayas insultado alguna vez, gracias. Graciuas porque al fin y al cabo el fútbol es nuestro, de los hinchas. Por último, a los que sufrieron más que yo, los que gritaron los goles mío más fuerte que yo, los que festejaron más que yo, pero aún más los que me abrazaron más fuerte  en los peores momentos. Mi familia, gracias. No hubiese podido sin ustedes. Otra etapa ya comenzó, por la que pasó: Salud y GRACIAS.