El otro Betis que se fundó el mismo día de la II República

El Real Betis es un sentimiento que brota a pesar de las tinieblas, cuando la luz apenas brinda brillo, hasta en medio de la guerra. Una pasión que florece hasta en los momentos más delicados de la historia. Precisamente ahí, cuando España se debatía entre la vida o la muerte, también hubo beticismo. Fue en Madrid, tal día como este 14 de abril pero de 1931, con Alfonso XIII buscando exilio y enterrando momentáneamente la Monarquía. Se proclamaba la II República en la capital, mientras a esa misma hora nacía otra plegaria a las 13 barras a 500 kilómetros de distancia. Se fundaba el CD Betis San Isidro.

Con la II República nació el CD Betis San Isidro

Mientras Alejandro Lerroux, Manuel Azaña y Niceto Alcalá Zamora ostentaban sus respectivos cargos en el gobierno, un grupo de sevillanos brindó al país otro hálito de esperanza. El Betis de San Isidro. El citado grupo de hispalenses, afincados en la capital, fundó allí un equipo para no olvidar su amor por las trece barras.

Un club que germinó, caprichos del destino, en lo que hoy son las ruinas del Estadio Vicente Calderón. Una historia ligada al barro del fútbol amateur, pues su mayor gloria fue alcanzar la preferente madrileña, pero que significa todo un símbolo de amor a este deporte en la capital de España.

Decano del fútbol regional de Madrid

Tras registrarse aquel 14 de abril de 1931, tuvo que esperar nueve años hasta poder inscribirse en la Real Federación Española de Fútbol. Dio sus primeros pasos compitiendo con clubes de barrio y campeonatos amistosos. Desde entonces se ha convertido en uno de los únicos equipos de España que jamás ha dejado de competir, siendo en la actualidad el sexto club más antiguo de Madrid y el decano del fútbol regional.

Cornejo, símbolo y presidente del club desde que se fundó, tuvo que esperar casi tres décadas para ser partícipe de uno de los momentos más recordados en la entidad. Fue en enero de 1958, cuando el máximo mandatario del club le entregó a Luis del Sol un banderín antes del duelo entre Real Betis y Plus Ultra, correspondiente a la Segunda División. "Los más de 50.000 espectadores cantaban al Betis entre alegrías y sevillanas", rezaban los periódicos de la fecha.

Ahora el club, gracias a la gestión de sus dirigentes, ha logrado equilibrar las cuentas y se ha convertido en todo un ejemplo de superación para el barrio de San Isidro, en Carabanchel. Ahí ayudan a los que más lo necesitan, tras haber cumplido el sueño de ostentar por primera vez en su historia un campo propio. Disputan sus partidos en el Antiguo Canódromo de Madrid, al lado de la ermita de San Isidro, tras la ansiada concesión del ayuntamiento.

Una fábrica de talentos en el Betis San Isidro

Pese a la falta de apoyos, el Betis San Isidro se ha convertido en todo un referente. Así lo ratifica su historia, guardando en su haber un jugador formado en el club que consiguió ser internacional absoluto con España. También se recoge entre sus ilustres a Antonio Macías, que a la postre se convertiría en capitán del Málaga tras formarse en el club. Ahora brilla en el Fuenlabrada Randy Nteka, centocampista que se formó en la entidad y que se ha convertido en una de las revelaciones de LaLiga SmartBank.

Un ejemplo de integridad que llega hasta el fútbol femenino, donde su gran trabajo fue premiado con la habilidad de Winifer Santa. Una futbolista que llegó a ser internacional con la República Dominicana y que ahora la ha firmado el Rayo Vallecano para su filial. También son pioneros en el Fútbol 5 para ciegos, líder de su liga, donde cuentan con dos internacionales absolutos. Adolfo Acosta se ha destapado como máximo goleador del torneo con 42 goles. Sergio Rodríguez, uno de los mejores porteros del mundo, debutó en los JJOO de Tokio 2014 con una medalla de bronce.

¿Un futuro de la mano del club?

Una historia ligada al Betis, de ahí que el actor José Manuel Seda y el cantante Hugo Salazar sean algunos de los socios más ilustres del club. Un club 'premiado' por el Real Betis hace unos años, cuando le entregó una placa por su 85 aniversario, y que aspira a crecer de la mano a más de 500 kilómetros de distancia.