El nombre de Gastón Casas en el Betis va ligado a un recuerdo imborrable del año del ascenso en Jaén. El argentino militó en el conjunto verdiblanco durante tres temporadas, desde la 00/01 a la 02/03. Autor de dos goles en el estadio de La Victoria, la historia del delantero en el club bético también cuenta con el sinsabor de la lesión que se produjo meses después con el equipo en Primera, cuando ostentaba el pichichi de la categoría.
Orgulloso de esos años y con una sonrisa mientras recuerda esos tiempos, Gastón Casas charla con ElDesmarque en este fragmento de la entrevista de su etapa como jugador del Betis. Palabras y también un cuadro muy especial que nos muestra, donde aparece enmarcada la camiseta del año del ascenso.
- Si le pregunto por el Betis, ¿cuál es el primer recuerdo que se le viene a la cabeza?
- Una de las cosas que más me llamo fue la gente. La gente y el estadio. Aquí (Argentina) somos muy enamorados de nuestros hinchas, de nuestros colores, somos muy pasionales. Me acuerdo de llegar que estábamos en Segunda, donde el equipo tenía esperanzas. Cuando me tocó llegar, el ver un estadio repleto, 50.000 personas, ver tanta gente fuera, todo el cariño que le brindaban a los jugadores pese a que se venía de una mala experiencia... Aquí se condena mucho el tema de los descensos, a los jugadores, al que esté de turno. Allí (Betis) no era tan así. Ese cariño, esa pasión por sus colores, me dio mucha semejanza a lo que es nuestra tierra.
- En su primera temporada le costó entrar en el equipo, pero luego durante el curso todo cambió y acabó con once goles y teniendo un papel protagonista en ese Betis que ascendió...
- Cuando llegué la competición estaba empezada. Había un equipo que venía jugando. El equipo siempre estuvo arriba en puestos de ascenso, o si no muy cerquita. Había tenido una diferencia con el entrenador de turno (Fernando Vázquez) a la hora de ver el fútbol. El Betis era muy superior a equipos de esa categoría y me parecía, y así lo planteé, que podíamos jugar con más gente ofensiva. Era una opinión personal, no era una critica. Se tomó como crítica. Nos gusta jugar con delanteros, mediapuntas y no me lo podía creer. Denilson, Joaquín, Capi, Gabi Amato… y nos costaba. Cuando llegaron Luis del Sol y Chaparro confiaron mucho más en mí. Con Gabi hicimos un final temporada maravilloso.
"Fue un sueño. Me acuerdo el camino de ida, el camino de vuelta con toda la autovía de verdiblanco repleta. Ese 0-2 es un recuerdo imborrable después de tantos años", Gastón Casas y el ascenso en Jaén
- Imagino que sería muy especial para usted el partido de Jaén, con dos goles suyos en la última jornada y el ascenso...
- Fue un sueño. Me acuerdo que el club hizo todo lo posible para jugar en un estadio más grande y que fuera más gente del Betis. La Federación no accedió. El campo del Jaén era pequeño, no tenía las mejores comodidades y aún así el campo estaba abarrotado por todos lados. Me acuerdo el camino de ida, el camino de vuelta con toda la autovía de verdiblanco repleta.
En el partido lo bueno fue hacer el gol al minuto. Teníamos al talón atrás, que si no ganábamos el Atlético de Madrid nos pisaba los talones. Estaba el Tenerife, y hacer el gol al minuto o dos minutos fue importante para estar nosotros más tranquilos. Si pasaban los minutos y no marcabas se iba a complicar. La fiesta fue perfecta. Ese 0-2, ese recuerdo imborrable después de tantos años. Me acuerdo de mi papá, que hoy no lo tengo, en la tribuna festejando conmigo. Imagínate que el recuerdo es de los mejores.
- Hay algunas imágenes muy llamativas de aquella celebración, como aquella que aparece a hombros de los aficionados y sin las calzonas. ¿Qué recuerda de todo lo que sucedió después de ese partido?
- En Argentina era normal cuando un jugador termina, gana un título o logra algo, que la gente le quita la ropa porque se quiere quedar con recuerdos. Hasta hace no mucho había gente por ahí en redes social que me decía: "Gastón tengo tu bota del día del ascenso en Jaén". Esas cosas es lo más lindo que te pueda dejar.
Me acuerdo de entrar en el vestuario todos en calzoncillos festejando. Recuerdo una parada que hicimos en un restaurante antes de llegar a Sevilla a la vuelta, en un festejo íntimo y muy lindo del equipo. Teníamos un grupo muy bueno, que eso fue la base para sostener todo el año.
- Al año siguiente, ya en Primera, comenzó como un tiro. Cuatro goles en las primeras jornadas, incluso era el pichichi de LaLiga en ese inicio de curso...
- Yo venía de un año muy bueno en Huracán, que había hecho más de 30 goles en el torneo. Cuando llegué venía bien, hice el gol contra el Atlético en el debut con el Betis. Me costó agarrar ritmo, porque no jugaba mucho, pero cuando agarré el ritmo fue distinto en esa segunda parte de la primera temporada. Luego , al año siguiente en Primera, Juande Ramos confió en mí. Estaba en punta y arranqué bien, con goles al Málaga, al Espanyol, ese gol y triunfo al Real Madrid, que fue uno de los partidos más lindos de mi carrera. Venía muy bien, el equipo creciendo y había sido un inicio muy bueno.
"Fue una desgracia. Uno siempre está expuesto a lesiones y situaciones. En este caso me dio bronca por la forma. El tobillo no era el mismo a la vuelta. Estuve a punto de abandonar el fútbol", recuerda sobre su lesión
- Sin embargo, todo se truncó con esa lesión contra el Barcelona con la entrada de Gerard. ¿Cómo lo recuerda?
- Una desgracia. En el fútbol uno siempre está expuesto a lesiones y situaciones. En este caso me dio bronca por la forma. Fue en el Camp Nou, era el minuto casi 90 y estábamos perdiendo 3-0. Fue una acción bastante fuerte. Me enojé con lo que pasó después. No me gusta que se mienta en algo que no había sido verdad pero ya pasó, se dijeron muchas cosas. Sé que en mi carrera fue un antes y un después de eso. Me costó casi un año volver a jugar. El tobillo no era el mismo. Estuve a punto de abandonar el fútbol. Pasaron muchas cosas en mi cabeza, en lo personal, por una jugada muy puntual.
- Después de una complicada recuperación volvió, pero dio la impresión de que no fue el mismo. ¿Hubo un antes y un después?
- Hay una anécdota muy linda. Cuando Santi Pérez Hidalgo me opera, que tuve la suerte de que me operara con Tomás Calero que hicieron un trabajo bárbaro, vuelvo a jugar al fútbol después de tantos meses Fue en un Valencia-Betis de la última jornada. El equipo ya había entrado en competiciones europeas, después de algunos años, y tras el partido estaba mi padre fuera del campo. Había vuelto a jugar y le pregunté. Me comento que el médico, Santi, cuando había terminado la operación le dijo que era difícil de que volviera a jugar al fútbol por cómo tenía el tobillo. Imagínate si no hubo un antes y un después.
- Del Betis tiene algunos recuerdos muy especiales. ¿Le hacemos un atraco si le pedimos que nos muestre uno de ellos, como la camiseta enmarcada?
- Sí, la muestro. Tengo algunas camisetas enmarcadas, de Huracán, de la selección de Argentina y la del Betis la tengo en primer lugar. Fue la del año del ascenso en Jaén. Apenas llegué a mi casa la enmarqué. Tengo el cuadro de ese año. Imagínate lo que significa, aunque es verdad que tengo de otros equipos también, pero justo hablando del Betis es la que tengo acá.