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El mismo Betis de fuera tres meses después

DMQ
Foto autor
Javier Carbonero

Aunque cambiaron las circunstancias, el Betis ofreció este jueves en el derbi una imagen muy similar a la que viene ofreciendo a lo largo de toda la temporada lejos del Benito Villamarín. Los de Rubi, tres meses después, no enderezaron las sensaciones que el equipo viene mostrando cuando actúa como visitante esta temporada.

De hecho el Betis sólo había ganado un partido fuera de Heliópolis, el triunfo que logró contra el Mallorca en Son Moix allá por el mes de noviembre. Un bagaje que, si le suma el derbi, se completa con seis empates y siete derrotas. Sólo 9 puntos conquistados de los 42 en juego, lo que contrasta con los 24 logrados en casa también sobre 42 posibles.

Carles Aleñá con la pelota (foto: Kiko Hurtado).

Una de las incógnitas que planteaba el derbi para el cuadro bético era saber si podía romper la inercia como visitante, el gran hándicap que le ha descabalgado de la pelea europea. No sucedió así en el Sánchez-Pizjuán, donde los de Rubi cayeron por 2-0 y ofrecieron una imagen que no estuvo a la altura de lo que se espera de los verdiblancos.

Las circunstancias, por la pandemia del coronavirus, eran diferentes en este derbi. Sin público en las gradas, con una atmósfera diferente y después de tres meses sin competir en los dos bandos. Sin embargo, el comportamiento del Betis no fue muy distinto al que viene mostrando a lo largo de toda la temporada cuando juega lejos del Benito Villamarín.

Más allá de la polémica arbitral del penalti, los de Rubi apenas inquietaron la portería del Sevilla. Sólo se registró entre los tres palos el disparo de Pedraza, que entró en el tramo final del partido. Al Betis le faltó ritmo de juego respecto al cuadro de Lopetegui que con los tantos de Ocampos y Fernando se quedó con los tres putos.