Imanol Alguacil no conoce al Real Betis, ni su idiosincrasia, ni su historia. De haberlo hecho, no hubiera pronunciado la frase que dijo en la previa del choque de octavos de final de la Copa del Rey. “Ellos deberían estar más preocupados”. No, Imanol, no; preocupado, tú. Lo que pasó entre ambos equipos en el partido de la LaLiga Santander del pasado sábado fue sólo un cosqui. La guantá gorda se la dio el cuadro verdiblanco este martes con una demostración de puro Betis que permite a la afición verdiblanca dar rienda suelta al sueño copero.
Porque la esencia del Betis se dibujó a lo largo de un partido épico que los seguidores no olvidarán. Un equipo desprovisto de la solidez mostrada en 2021 por mor de una alineación muy discutible que, cuando todo parece condenarle a la decepción, se repone y araña con las garras de su orgullo. Lo del pasado sábado en San Sebastián fue el tráiler. Y este martes ya pusieron la película…
El Betis se ha transformado en un equipo sólido, honesto y competitivo. Tanto, que fue capaz de enmendar el dislate de su entrenador en el planteamiento inicial para darle la vuelta a un marcador adverso y acabar venciendo en la prórroga con dos goles del que parecía negado para siempre a hacerlos. Borja Iglesias, muy Betis también.
Porque, ¿era éste precisamente el día para hacer cinco cambios en el once? Habrá pocos béticos en el mundo que no se hicieran esta pregunta antes y durante muchas fases del partido ante la Real Sociedad en el Villamarín. Pellegrini decidió que sí y con ello casi se tira la Copa encima. Por fortuna para él, no quitó a Canales, que le limpió la mancha y con ello avivó la ilusión del beticismo por un deseo que pudo ser efímero.
Se suele decir que lo que funciona no hay que tocarlo, pero Pellegrini se ve tan fuerte que puede con todo. Mientras Imanol Alguacil apostó por su bloque de la verdad con un par de modificaciones, su homólogo verdiblanco hizo todo lo contrario, retocando todas las líneas y especialmente la defensa, justo por donde el Betis flaquea más.
Será la gestión de activos, aquello de tener metidos a todos sus jugadores; o será un ataque de entrenador, que todos tarde o temprano lo acaban teniendo. Lo que desde luego no puede ser es la voluntad de dar descanso, con el próximo partido a seis días vista y el rival afrontando el suyo cuarenta y ocho horas antes. Desde más de una hora antes del encuentro se veía venir un único dilema: genialidad o disparate.
Durante muchos minutos se mascó lo segundo. No ya por el hecho de que los que entraron en el once no aportaran nada positivo, sino por que sumaron en negativo, sobre todo en la acción que dio lugar al tempranero gol de la Real Sociedad. Demasiadas facilidades para un rival con jugadores de la talla de Oyarzabal sobre el césped. El tanto condicionó el resto de la contienda y torció la recuperada fe de la sufrida afición bética.
Más que eso, el error de Pellegrini consistió en desvirtuar innecesariamente la inercia de un equipo que no conocía la derrota en lo que va de año. No hay tener el tercer nivel de entrenador ni haber jugado dos finales de Champions para saber que cinco son muchos cambios y más si algunos de los relevos apenas tienen el nivel competitivo que en el último mes ha demostrado el equipo.
Después de una primera parte sin un gran dominador del choque y sin grandes ocasiones, el Betis parecía condenado a pagar el disparate de alineación. La expulsión de Illarramendi se tradujo en más control y opciones, pero sin la sensación de que se le podía dar la vuelta al partido. La ilusión se disipaba entre la niebla londinense del Villamarín hasta que volvió a aparecer el de siempre.
Canales, luz entre las tinieblas, equilibró el marcador, borrando la mácula de su entrenador. El decorado cambió aun habiéndose equilibrado las fuerzas con la expulsión absurda de Sanabria, hasta el punto de que el Betis se creció en un disputado tramo final. Revivió el Betis de los últimos partidos, cobró vida el renacimiento de un equipo que ya sí alimenta la pasión de los suyos.
La prórroga puso la guinda de quintaesencia. Ya con un mejor Betis sobre el campo, Borja Iglesias, el criticado, el obnubilado, el perdido para la causa; certificó nada menos que con dos goles el triunfo. Y una verdad irrefutable: nunca des por muerto al Betis. Menos a éste de Pellegrini. Ni siquiera con sus cinco dislocados cambios.
Porqué esta lesionado Sidney? Si le da bien en la tibia con los tacos en vez de rozarle se la parte. No pueden olvidar que el Real Betis es primer equipo de Andalucía en 1ª División, 1º de Andalucía Campeón de liga, 1º de Andalucía y España Campeón de Copa, 1º de Andalucía en jugar Liga de Campeones, 1º de Andalucía en llegar a 55.000 abonados y 4º de España, 5º el Bilbao,6º Valencia,....
Poco habláis de la expulsión de Illarramendi que condiciona todo el partido el Var es una farsa que no avisa al árbitro que no toca para nada a Sidney al cual deberían otorgarle el Óscar al mejor actor dramático por mentiroso
Aquí to kiski sabe más que el entrenador,,este Sr. Tiene al equipo donde no lo pensaban muchos.Animo Don Manuel esto es EL REAL BETIS BALOMPIÉ....
Nacho, dime una cosa, tú con quien has empatado para cuestionar a un entrenador de la talla de Manuel Pellegrini?. Quien es el incuestionable?, el de la otra acera?. Tu sabes aquello de que el fin justifica los medios?. Sabes que hubiera ocurrido sin esos 5 cambios que mencionas?. La critica fácil es lo único que sabéis hacer en vuestro periódico. Ten un poco de mas respeto por los profesionales para que te lo tengan a ti.
Que alguien le diga a quien escribe esta crónica, que el entrenador de un equipo de primera división es un profesional, y que trabaja diariamente para obtener resultados, progresión y planificar una temporada en la que hay que aspirar a llegar lo más alto posible. Un entrenador no “tira la copa” ¿para que? Los jugadores son personas, necesitan confianza para dar su mejor rendimiento y eso lo sabe Pellegrini. Si sacó esa alineación es porque necesita recuperar el mejor nivel de los jugadores de su plantilla dandoles minutos en los partidos importantes. ¿A caso no se alegran de que Borja Iglesias (desahuciado para muchos) marcará ayer dos goles? ¿A caso no os ilusiona que el delantero que costó 28 millones de el rendimiento esperado? El fútbol es un trabajo de equipo de los que juegan y los que no, y los jugadores suplentes no están para poner un parche cuando otro no puede jugar, sino para competir junto con el resto de sus compañeros. Esta crónica sin embargo no parece escrita por un profesional del periodismo deportivo, al menos no por uno que entienda de fútbol.
Pellegrini quiso tirar la copa esto de cambiar así porque si?venga hombre,si todavía quedaban 6 días para otro partido,y lo más grande viendo que sanabria no daba una a derecha y con una tarjeta que ya el árbitro le perdonó una antes de que la real se quedara con 10,y oye hasta que no lo echo no se quedo tranquilo el pellegrini. de los cojones.
El beticismo de los que escriben este periódico, va y viene según la conveniencia.
Increíble la inquina del periodista? con un profesional de altísimo nivel. "Ataque de entrenador", "Por fortuna para él, no quitó a Canales". O sea, que a Canales lo pone en la alineación la diosa Fortuna, no? Haceos mirar la campañita contra el club. PD: La Real perdió por falta de essihencia, seguro. Respect!