El Sevilla sucumbe en el derbi del palo

El Sevilla ha caído eliminado en el derbi de la Copa del Rey, el derbi del palo. Un derbi que a los puntos acabó 'igualando' en la reanudación tras ser aplazado, pero que acabó perdiendo acordándose de sus bajas, sobre todo las dos de sus dos porteros, pues fueron ausencias capitales y decisivas visto lo visto a la postre. No estuvo afortunado Alfonso Pastor en los dos goles béticos, y ante Fekir y Canales esos errores no suelen quedar sin castigo. El Sevilla, que curiosamente jugó esta segunda parte del derbi que la primera, que gozó de más ocasiones y llegó más al área rival, vio cómo le penalizaban sus errores de forma trascendental.

Más allá de todo lo ocurrido, esta derrota supone un segundo mazazo competitivo en la temporada. Cayó el Sevilla en la Liga de Campeones y ha caído en la Copa del Rey, además de forma dolorosa por hacerlo ante el eterno rival.

Derbi, primera parte

En el partido del sábado, el Betis había salido muy intenso, presionando la salida de la pelota de un Sevilla que sin Bono, Dmitrovic, Koundé, Fernando encontraba pocos huecos para superar la primera línea. Alfonso no quería complicarse y jugaba en largo y el mediocampo sevillista tampoco era físicamente el más potente, por lo que esa presión, esa intensidad, esos duelos divididos, cayeron casi siempre del lado del Betis, que jugó mucho en campo rival y que atosigó, sobre todo en los primeros minutos, al equipo de Lopetegui.

Con tanto juego en campo del Sevilla, el Betis disfrutó de varios saques de esquina, de faltas, de juego a balón parado, una baza que Pellegrini quiso jugar muy a conciencia sabiendo que el rival estaba mermado en algunos de sus puntales cabeceadores y apostando por la presencia de Pezzella, Edgar, Guido, Borja, Juanmi... jugadores que iban bien por arriba. Así llegó la primera ocasión clara (Edgar al palo), pero sobre todo la sensación de peligro verdiblanco. Le costaba más, eso sí, al Betis hilvanar jugadas de peligro en combinación. Solo lo hizo en robos o pérdidas sevillistas. Pérdidas que lastraban a su vez a un conjunto nervionense que solo jugaba en largo buscando a Mir, que hacía lo que podía, y que no tenía continuidad en el juego.

Se defendió como pudo, eso sí, y encontró el gol del Papu en una acción aislada ejecutada con maestría. Luego, en otro saque de esquina, llegó el empate de Fekir, el golazo y la cantada al mismo tiempo. Y luego, claro, pasó lo que pasó.

Aplazamiento y reanudación

Para la reanudación del partido Lopetegui no recuperó en realidad a ningún lesionado. Fernando y Dmitrovic siguieron sin entrar en la lista, pero si entró Koundé en el once, que el día anterior se retiró lesionado en el calentamiento. También entró Acuña, que estaba en el banquillo el sábado. Por parte bética debutó Sabally, por un Bellerin lesionado tras el golpe de Diego Carlos. El Betis salió con la misma intensidad, mismas intenciones, misma agresividad. Se vio quizás más cambio en el Sevilla, que con tres centrales tuvo algo más de pelota y equilibró más la posesión en esos 9 minutos hasta el descanso, que dieron, eso sí, para un gol anulado al Betis, por fuera de juego de Juanmi.

El Sevilla fue a más en la segunda mitad en cuanto a juego. Tuvo más la pelota, llegó por bandas y sacó acciones a balón parado, aunque tampoco de forma exagerada. El Betis encontraba menos a Fekir y Canales pero se mantenía firme y tampoco se dejaba doblegar. Además Lopetegui movió ficha y quiso intervenir en el partido metiendo a Tecatito y Gudelj, quitando a Mir y Óliver. No dio tiempo prácticamente a ver el resultado de esa variante, con Ocampos de delantero, porque en apenas seis minutos Canales aprovechó un error en el fuera de juego de Koundé y, sobre todo, un error, otro, de Alfonso Pastor, para hacer el 2-1 para el Betis. Quizás en los mejores minutos del Sevilla, llegó el gol del Betis, como llegó el gol del Papu en el mejor momento del Betis en la primera mitad.

Quedaban algo más de 15 minutos, Julen sacó de nuevo a Iván como 9, quizás cambiando el paso de una decisión poco acertada, pero el Sevilla no ganó en recursos. Cuando llegó fue a balón parado, y tuvo Koundé un balón al larguero casi al final del duelo. Pero no encontró combinaciones ni forma clara de superar la defensa de un Betis que se comportó de manera segura y aguerrida, tanto que los minutos de descuento fueron más un tránsito cómodo verdiblanco que una agonía.