La gloria está reservada para unos cuantos privilegiados. Personas que se sobreponen a los obstáculos que le impone la vida, que se levantan tras caer, y que trabajan duro hasta conseguir sus propósitos. Historias de superación como la de Daniel Martín Alexandre, Dani, quien en apenas unos meses pasó de desear su propia retirada a convertirse en leyenda viva del Real Betis Balompié.
El héroe de la final de 2005 repasa en ElDesmarque cómo vivió aquel camino cargado de piedras, desgrana cómo vivió aquella final y todo lo que ocurrió tras marcar el gol que dio el título al Betis.
- ¿Cómo se vive el Betis desde fuera?
- Ya lo vivía como aficionado antes de ser futbolista. Siempre he sido socio del Betis, he ido con mis padres y en mi familia somos todos béticos. Cuando eres profesional uno intenta hacerlo lo mejor posible, Primero por tu equipo, que es el Betis, y además cualquier profesional quiere alargar su carrera lo máximo posible. Ahora no soy futbolista, soy un bético más. No por ser exfutbolista soy diferente. He sido bético antes, durante y después de mi carrera.
Dani: "He sido bético antes, durante y después de mi carrera"
- Le leí que uno de los recuerdos más bonitos de su carrera llegó antes de la final, en San Mamés, y ni jugó...
- Yo no pude jugar apenas en Liga, jugué cuatro o cinco ratitos. En la Copa solo tuve la opción de ir convocado en la vuelta de semifinales y fue uno de los mejores ambientes que he visto en mi vida. Lo recuerdo con cariño porque di un pasito más dentro de mi recuperación, me iba ilusionando poco a poco y gracias a Dios salió todo bien.
- La temporada de la final no fue fácil para Dani. Sufrió una grave lesión y luego tuvo una recaída en el tobillo. Después de esa segunda lesión dijo basta. No podía más.
- Estábamos en octavos o en cuartos. Todavía me estaba recuperando y empezaba a entrenar. En una jugada se me cayó Prats encima del tobillo malo, del que me estaba recuperando porque lo tenía operado, y se me puso bastante hinchado.
- Pensó en colgar las botas... hasta que llegó Serra Ferrer.
Estábamos a la espera de una resonancia y Serra siempre entraba al vestuario para comentar qué íbamos a hacer en el entrenamiento. Yo colgué las botas en la taquilla porque era la verdad. Si llego a recaer otra vez lo habría dejado. El tobillo, la rodilla... eran demasiadas operaciones. Me dijo que descolgara las botas que no iba a tener nada y que iba a meter el gol en la final. Eso fue dos o tres meses antes de que pasase todo y al final acertó.
"Colgué las botas en la taquilla. Si llego a recaer otra vez lo habría dejado"
- Y la vida le cambió en cuestión de segundos. Era Benjamín el que estaba preparado para entrar... pero empató Aloisi.
- Las cosas siempre pasan por algo. Iba a salir Benjamín y en ese momento marca Osasuna. Yo ni esperaba salir al campo. Ganando 1-0 lo más normal es que no saliese un delantero. En ese momento marcó Osasuna y nos mandó a Denilson y a mí a calentar. De no jugar a estar a los cinco minutos dentro..
- ¿Qué se le pasa por la cabeza al ver repetida la jugada del gol?
- Cuando estás en plena jugada piensas como un profesional. Un delantero lo que quiere es meter un gol y sabía que alguna iba a tener. La tuve, me la jugué porque estaba Oliveira cerca y marqué. Tenía mucha alegría porque desde mi perspectiva se veía que el portero no llegaba a la pelota. Como se ve en las imágenes, en ese momento grité como un bético más y sobre todo por las lesiones que había tenido.
Dani: "Si volviera a nacer pasaría otra vez ocho veces por quirófano para celebrar el gol ese"
- Y al final, todo mereció la pena...
- Está clarísimo. Si no hubiera tenido lesiones no sé. Era internacional sub21 y jugaba de titular en el Betis con 20 años, pero todo se trunca. Una lesión de diez meses, luego un tobillo, recaes de la rodilla, el otro tobillo... son ocho operaciones. Meter un gol con el equipo del que soy socio, que mi padre me ha llevado con mi hermano toda la vida y que le dé un título. Si digo la verdad, si volviera a nacer pasaría otra vez ocho veces por quirófano para celebrar el gol ese. Para mí y mi familia, después de tantas lesiones, fue muy importante.
- Su hermano le llamó, entre lágrimas, tras perder la final de 1997 y en 2005 hizo lo mismo, pero con un sabor distinto.
- Yo no pude ir a esa final porque estaba ya en la cantera y lo recuerdo porque somos todos muy béticos. Para todos fue una sorpresa. Fueron todos a Madrid, como familiares míos, pero ninguno se imaginaba que iba a ser el protagonista. La alegría fue inmensa para todos.
- ¿Qué recuerda de la celebración?
- Anécdotas muchas. No estábamos acostumbrados a conseguir títulos. Se dio todo bien. Eso fueron momentos inolvidables. Ya el recibimiento en El Calderón fue increíble, cuando nos montamos en el descapotable... Anécdotas miles pero se quedan ahí entre nosotros.
- Qué importancia tenía la cantera en el Betis.
- Era diferente a esta plantilla. En ese equipo titular jugaban Juanito, Rivas, Melli, Doblas, Joaquín... La mitad era de la cantera y ahora no. Ahora no hay ningún titularísimo de la cantera. Teníamos una mezcla entre canteranos importantes y jugadores muy buenos que marcaban la diferencia. Ahora todavía hay más calidad en la plantilla pero la importancia de la cantera no la tiene tanto.
- ¿Qué significa el Betis en la vida de Dani?
- Suena a tópico decir que es un sentimiento muy grande pero es la verdad. A mi padre no le ha gustado otra cosa que ir al Betis y comprarnos una camiseta del Betis, ir los domingos.. Era y sigue siendo como parte de nuestra familia. Haber pertenecido al Betis es muy importante para la familia. Ya no pertenezco pero el sentimiento sigue siendo el mismo. Vestir la camiseta del Betis no todo el mundo puede vivirlo.
- Y ahora Joaquín podría levantar ese título. Sería el broche de oro a su carrera.
- Si Joaquín consigue levantar el título mejor retirada no hay, pero ahora dice que va a seguir un año más (risas). Sería la guinda a una grandísima carrera para él, que podía haber jugado en clubes todavía más importantes, pero aquí es un icono y que levante el título sería una guinda a una carrera inmejorable.