Miki Roqué, leyenda verdiblanca tras una década sin él

Con el dorsal 26 a la espalda y el escudo del Real Betis en el pecho, Miki Roqué relucía como defensa en el centro del campo. Los caminos entre el catalán y el club verdiblanco se cruzarían en verano de 2009, cuando fue fichado por tres temporada.

Un joven con una carrera prometedora, que pasó a formar parte del filial que jugaba en Segunda B, entrenado en ese momento por Oli. Las convocatorias por el primer equipo no tardaron en llegar, primero por el técnico Antonio Tapia y a su destitución por Victor Fernández. En 2010 comenzó a despegar, siendo convocado por la selección española sub-21 y ganándose la confianza de Pepe Mel. Roqué debutaría en octubre de 2010 con el primer equipo, en ese momento en Segunda División, contra la UD Las Palmas.

Diez años sin Miki Roqué

El 5 de marzo de 2011 cayó como un jarro de agua fría para los béticos, cuando llegó el terrible anuncio. Miki Roqué comunicaba sin poder contener las lágrimas y con el calor de todos sus compañeros, que se veía obligado a apartarse de los terrenos de juego debido a un tumor maligno localizado en la pelvis. Ese fin de semana, el Betis demostró su apoyo al jugador enseñando su camiseta en cada gol.

Un apoyo que se extendió por todo el mundo del fútbol español, en mayo de 2011 el jugador del FC Barcelona Carles Puyol lucía una camiseta en que se podía leer "Ànims Miki!". El 24 de junio de 2012 tuvo lugar el fatal desenlace: el jugador fallecía con tan solo 23 años tras una dura lucha de 15 meses contra aquel tumor.

Una década después, el Benito Villamarín recuerda a Miki Roqué cada partido en el minuto 26, coreando su nombre. Un dorsal que siempre será suyo, ya que el 2 de julio de 2012 el equipo de Heliópolis lo retiraría. Un día antes, Pepe Reina vistió la camiseta del jugador durante su época en el Betis después de ganar España la Eurocopa, homenajeando a una persona al que la vida se lo llevó muy pronto.