El Gran Derbi ya empezó accidentado en la previa: un bético se cae de un semáforo a los gritos de “puta, Sevilla”

Los nervios, la pasión (y el alcohol en muchísimas ocasiones) son una mezcla más que inestable. Prueba de ello es el vídeo que se puede visualizar en la parte superior. El éxtasis que consigue hacerte subir a un semáforo al grito de "puta Sevilla" también permite que te caigas de morros contra el suelo. No fue la primera vez, ni será la última que veamos imágenes como esta.

Una predicción del derbi

La caída se produjo en la previa de un Betis - Sevilla para el recuerdo, pero no precisamente por el fútbol (que también hubo). El aficionado que se accidenta desde el semáforo estaba haciendo inconscientemente un anuncio de lo que iba a ser el Gran Derbi.

A Gonzalo Montiel en el minuto 38 también se le cruzaron los cables. Una entrada a destiempo y con los tacos a la altura de la rodilla de Álex Moreno, que ya le había superado, le costó una amarilla que inmediatamente después sería invalidada por una roja directa.

Minutos después, en el tiempo de descuento de la primera parte, Fekir controla el balón en la banda izquierda del campo sevillista. En un braceo, el Papu Gómez cae al suelo y debe ser atendido por los médicos que le tienen que tapar una herida en el pómulo. Como con Montiel, en primer lugar el árbitro, Sánchez Martínez, había señalado falta y tarjeta amarilla. EL VAR le avisaría tiempo después de que lo revisara. Descarta la amarilla y roja directa. El Papu después del partido defendería a Fekir y a su visión del fútbol:

"Esto es fútbol, un deporte de mucho contacto. Se está perdiendo la esencia. No hay ninguna mala intención, se está llevando a rojas desmedidas que no tienen que ver con el juego. Yo sentí un golpe fuerte, si el árbitro decidió eso, allá él", dijo el delantero argentino tras el partido.

Por último, la expulsión de Borja Iglesias, que no tuvo lugar a dudas, aunque también tuvo que ser revisada. Pisotón a Joan Jordán por detrás a la altura del gemelo y del tobillo. El delantero gallego sabía su error antes de que le levantaran la tarjeta que le enviaría al vestuario.