Borja Iglesias, más allá del césped. El delantero del Real Betis se ha caracterizado por ser uno de los futbolistas más activos en redes sociales y, por si fuese poco, un reclamo y habitual colaborador en actividades solidarias. Su última aportación, ayuda directa a un equipo de fútbol muy especial de Lavapiés.
El punta gallego, tal y como cuenta el influencer Omar el Pretinho, ha donado unas botas firmadas y una camiseta de la selección española con su dorsal para un mercadillo diferente.
La camiseta del delantero bético se venderá, a través de una conocida plataforma, junto a otras de otros equipos y jugadores como el Levante o el Huesca.
La clave de esta acción es que, tal y como se explica desde la organización, todo lo recaudado irá destinado al equipo de fútbol Dragones de Lavapiés.
El conjunto de barrio, tal y como se saca de su nombre, desarrolla su actividad en Lavapiés, el barrio con mayor diversidad cultural de Madrid. Tal y como ellos mismos explican en su página web "se trata de una iniciativa vecinal, puesta en marcha por un grupo de madres y padres del barrio, para que Lavapiés embajadores contara con su propio club de fútbol, una demanda existente y palpable entre nuestros chicos y chicas. Al mismo tiempo, tratábamos de impulsar un proyecto de deporte base que se adaptara a las características de nuestro entorno multicultural, que fuera participativo y abierto, que las familias sintieran como un espacio propio y que ofreciera una buena formación deportiva, fuera de la exacerbada competitividad tan común en el fútbol base que impera en nuestra ciudad y de los precios elevados inasequibles para gran parte del vecindario".
Un nuevo y aplaudido gesto de Borja Iglesias que bien demuestra que, más allá del verde, el delantero bético tiene mucho que aportar.
Cuanto odio en la otra acera, pues agua y sal,no merece la pena calificar a estos opinadores de odio.
Que buena gente es este chaval, que solidario, siempre con las uñas pintaditas por una causa o dando discursos integradores cuando le ponen un micro delante. Que pena que se le cayera un poquito la careta riéndose de un compañero de profesión agredido y pudiéramos ver la verdadera mala persona que hay detrás de tanta pantomima. Al final la mierda huele.
Me extraña de un jugador, que siempre está en la vanguardia de todas las causas sociales, no haya dicho nada del cerrojazo de su club a las categorías inferiores femeninas. Me imagino que pronto dirá algo.