El férreo planteamiento del Cádiz CF logró bloquear casi cualquier atisbo de reacción en el Real Betis, impotente ante la solidez defensiva del rival. Una tesitura que incomodó y mucho a la afición local, acusando reiteradas interrupciones en el juego y alguna que otra pérdida de tiempo que generó que -entre las dos mitades- hubiese 14 minutos de añadido. Uno de los jugadores más incómodos para el respetable verdiblanco fue Fali, el defensa cadista, quien se vio envuelto en no pocos dimes y diretes tanto con la afición local como la afición verdiblanca.
Desde prácticamente el pitido inicial el jugador cadista incomodó y mucho a los atacantes del Real Betis. Fali se hizo fuerte en ese 'otro juego' que también es importante en el fútbol, bregando e incomodando cualquier acción que generase oposición. Una serie de reiteraciones que se repitieron en el tiempo, provocando mucha incomodidad en los verdiblancos.
El catalán se las vio y se las deseó con los futbolistas locales, pero también con la afición. Especialmente delicado fue el momento en el que Fali propinó un empujón a Germán Pezzella sobre la valla publicitaria. Sin balón de por medio y con la jugada ya finalizada, el central del Cádiz empujó sin aparentes motivos al argentino, lo que podría haber acarreado algún problema mayor, aunque por suerte no pasó a mayores. El árbitro tuvo que intervenir para calmar los ánimos.
Esas pérdidas de tiempo, la acumulación de las llamadas 'faltitas' y ese empujón sobre Pezzella -sobre todo- por el que ni siquiera fue amonestado, desató la desesperación en la afición del Real Betis, que lo devolvió con pitos y reproches cada vez que tocaba el balón. Discrepancias naturales en el fútbol, pero que ejemplifican el enfado del beticismo ante esas otras prácticas no tan bien vistas en el deporte rey.