El Bayer Leverkusen de Borja Iglesias hizo historia este domingo al proclamarse por primera vez campeón de la Bundesliga en toda su historia. Un título que la ciudad entera lleva esperando toda la vida. La espera también se coló en el reloj del delantero gallego cuando llegó como refuerzo invernal para el equipo de Xabi Alonso; sin embargo, el día que todo Leverkusen estalló de júbilo a él le tocó vivirlo desde la grada.
El ariete cedido por el Real Betis no termina de encontrar su encaje en el cuadro del técnico de Tolosa. La de este domingo fue la última oportunidad de comprobar que ya no es la opción alternativa a la posición del '9', rol que parecía le iba a tocar desempeñar a su llegada a tierras alemanas. La recuperación de Boniface y el rol secundario de Schick lo han relegado a un tercer plano que deriva en situaciones como la del encuentro ante el Werder Bremen.
La situación no parece la idónea para un atacante que cuenta sus oportunidades a cuentagotas, como la titularidad brindada por el técnico español la pasada semana ante el Unión Berlín. Un tren que Borja no supo aprovechar en forma de contribución al caudal de un equipo que acumula 74 goles a favor en esta Bundesliga.
La de la pólvora mojada es uno de los peores síntomas para un jugador que vive del gol. El delantero español está lejos de alcanzar su mejor nivel, tanto a nivel de juego como de datos estadísticos. Son nueve encuentros repartidos entre Bundesliga, DFB Pokal y Europa League los disputados con la camiseta del equipo de moda en Europa sin ver portería.
Con los datos en la mano, lo cierto es que Borja Iglesias muestra colmillo en sus intervenciones; aunque el resultado nunca termina siendo el esperado. Promedia más de un disparo por partido, una estadística similar a los goles esperados por choque, pero el gol se le resiste.
Las situaciones de gol se han dado para que el atacante, que tiene su futuro en el aire, se hubiera estrenado. Pero no ha sido así. Al Leverkusen aún le restan varios partidos para terminar la campaña y en el horizonte se presenta la opción de levantar dos títulos más. El objetivo de estar presente sobre el terreno de juego en los días señalados estará marcado en rojo en el calendario de Iglesias, con la gran esperanza de ser protagonista con su aportación.
Está jugando en Leverkusen el mismo papel que juega Ceballos comiendo pipas en el banquillo respecto a los títulos del Real madrid: es decir, ninguno.