El Betis es mucho más que un equipo de fútbol. Es toda una forma de vivir. Y para muestra, la historia de José Martínez, un aficionado del equipo verdiblanco que a sus 96 años sigue desprendiendo pasión por el equipo de las trece barras.
El escudo no representa para él un simple elemento deportivo. “En el Betis tengo todas mis formas de pensar: deportiva, política, religiosa de todo. Es vida”, cuenta a la cámara de ElDesmarque. “Si no fuese del Betis no sería lo mismo”, reconoce.
Desde bien pequeño, José ha sentido el Betis de manera muy intensa y ha acompañado al equipo a lo largo de todos los momentos. “En segunda, tercera. Ese sufrimiento me ha hecho muy duro en eso. No tengo otra forma de vida que esa. Me han marcado todos los jugadores que se ponen la camiseta del Betis. Todos. Se llame Joaquín, Del Sol, Calderón…”, nos cuenta.
Y cómo no, sigue yendo al Estadio Benito Villamarín a vivir cada partido del club de sus amores. “Yo empecé en gol sur, luego estuve en el voladizo y en fondo. Después ya volví a gol sur y allí me quedé. Empecé en gol sur, allí estoy y allí terminaré”, relata.
Está situado justo encima de los supporters. “Yo cojo mí bufanda y hago como los demás. Canto un poco más bajo, eso sí. Sigo cantando igual”, entona el aficionado. “Siempre al principio del partido se canta el himno con la bufanda abierta. Siempre hago eso”, desvela.
Si hay dos partidos al año que están marcados en rojo para cualquier aficionado al fútbol en Sevilla son los derbis de la ciudad. Cuando Betis y Sevilla se enfrentan, toda gira en torno a ello. Y José cuenta a ElDesmarque cómo lo ha vivido durante todos estos años.
“Vivo ya los derbis más tranquilo. Será por la edad y la situación”, reconoce. “No como antes que era más joven y lo vivía de otra manera. Estoy más tranquilo porque somos el doble de socios, el estadio más grande que ellos y que haremos un estadio más grande que ellos”.
Precisamente, eso es una de las cosas que le pide al Betis, “que haga el campo y lo pueda ver. Cuando termine el campo y lo vea, ya después si me tengo que ir”, pronuncia el seguidor bético.
Volviendo a la rivalidad con el equipo rojiblanco, al cual prefiere ni nombrar, niega rotundamente haber pisado, si quiera, una vez su estadio. “Vino la selección francesa a jugar con España a ese estadio y para verlo me subí a un árbol, para no entrar dentro del estadio. La policía nos quería echar, pero no nos bajábamos. Lo podíamos ver porque era un terraplén todo, no había gradas”, revela.
Eso sí, si es en su querido Villamarín y contra el máximo rival, no se pierde ninguno. “He visto muchos derbis, aproximadamente 80. Todos los años más alguno de Copa”, cuenta. “El que mejor recuerdo tengo es uno que no vi. Ganamos 2-4 aquí al lado”, cita refiriéndose al Sánchez Pizjuán. “Me dio igual, la alegría fue tremenda”, completa.
El 23 de abril de 2022 fue uno de los días más felices para cualquier hincha verdiblanco. El Betis se proclamó esa noche campeón de Copa del Rey frente al Valencia en La Cartuja. Por supuesto, allí estaba José viviéndolo.
“Fui a verlo en coche y volví andando. No sé lo que tardé, pero venía tranquilo, disfrutando. Me da igual la hora que sea. Estoy acostumbrado a andar por todas horas”, explica el aficionado.
Además, contaba con una posición privilegiada. “Estaba detrás de la portería donde marcó Miranda el penalti. Decía: ‘que no lo falle, que no lo falle’. Me quedé allí hasta que cerraron”, reconoce.
La emoción se apoderó de él desde que pisó el estadio y el triunfo en la fatídica tanda culminó la noche. “Me acordé de la primera que ganamos, la del 77. Otra más, ya tenemos tres. Ahora a por la cuarta”, sentencia.