Cuando Rafael Benítez apeló a la casta de Juanito, Pirri o Di Stéfano y a la necesidad de que sus jugadores aguantasen durante noventa minutos el mismo nivel de intensidad, sabía de lo que hablaba porque 24 horas después, el Real Madrid volvió a pinchar después de bajar sus revoluciones en la segunda parte del duelo ante el Valencia.
El 2-2 final del choque en Mestalla evidenció una ausencia de poder blanco en los segundos 45 minutos en los que ha fallado en otras ocasiones del curso. Explicar las causas de esa falta de dominio cuando el Real Madrid tenía todo a favor para haber sumado más puntos no es fácil porque no parece un problema físico.
Eso se demostró hace pocas jornadas en el estadio de El Madrigal, donde el equipo de Benítez, después de recibir un gol de Roberto Soldado en el minuto ocho y de firmar una primera parte irregular, sí consiguió arrinconar a su rival para completar un buen segundo acto sin premio.
En Valencia curiosamente salieron brotes verdes cuando fue expulsado Mateo Kovacic a falta de 22 minutos para el final. Entonces, con uno menos, el Real Madrid se remangó y volvió a intimidar sin suerte al cuadro de Gary Neville para demostrar que los diez jugadores sobre el campo sí tenían aguante físico. Y así lo debió ver Benítez, que sólo hizo un cambio (Lucas Vázquez por Benzema un minuto antes de la tarjeta roja).
Pero esta situación no es nueva. Basta con repasar alguno de los 25 partidos que ha disputado el Real Madrid entre Liga, Liga de Campeones y Copa del Rey para comprobar que, en ocasiones, después del descanso, los blancos bajan los brazos.
El primer aviso serio llegó en Ucrania ante el Shakhtar Donetsk. Allí, una victoria comodísima se transformó en una película de terror en los últimos minutos del partido. El Real Madrid ganaba 0-4 y el Shakhtar, con un doblete de Teixeira y un tanto de Deitinho entre el minuto 78 y el 88, puso contra las cuerdas al conjunto madridista, que al final sobrevivió al acoso de su rival y ganó 3-4.
Al Getafe en el Bernabéu le ganó bien, con facilidad, 4-1, pero todo lo hizo en el primer acto. En él, marcó todos sus goles y después se dejó llevar para firmar un parcial de 0-1 en los segundos 45 minutos en los que se durmió en los laureles y recibió un gol de Alexis Ruano.
Contra el Barcelona, también en el Bernabéu, el rodillo azulgrana prácticamente pasó por encima del Real Madird durante los noventa minutos, pero en la segunda parte no hubo reacción al 0-2 de la primera y los tantos de Andrés Iniesta y de Luis Suárez volvieron a cerrar otro errático segundo periodo.
El Sevilla también se convirtió en verdugo de las segundas partes y el público del Ramón Sánchez Pizjuán vibró con sus jugadores tras un buen primer acto del Real Madrid que acabó 1-1. Tras abandonar los vestuarios, los tantos de Ever Banega y Fernando Llorente hicieron inútil el gol final de James Rodríguez. De nuevo, otra segunda parte errática.
El Atlético de Madrid también puso su firma de las segundas partes. Contra las cuerdas en la primera después de perder 0-1, el Real Madrid se dejó llevar y volvió a perder puntos dejando reaccionar a su rival, que empató el partido en el minuto 83 con una diana de Luciano Vietto.
También se vieron carencias contra el París Saint Germain, que, aunque perdió 1-0 en el Bernabéu con un gol de rebote de Nacho Fernández, se exhibió en el segundo tiempo y dio un repaso al equipo de Benítez, que, en esta ocasión, se salvó del empate.
Y en Balaídos, donde el Celta en Balaídos perdió 1-3, pero también mostró el bajón blanco en un segundo tiempo. Después de ganar 0-2 el primero con mucha solvencia, el cuadro gallego dominó los segundos 45 minutos y Nolito, al final, acortó distancias y se rozó la tragedia. Después, con el Celta volcado, Marcelo, en el 95, cerró un marcador que pudo ser peor.
En las primeras partes, el Real Madrid firmó 30 goles a favor y ocho en contra. En las segundas, 25 por 10, pero con un dato revelador: de esos 25 tantos, 11 llegaron en las goleadas ante el Malmo (8-0) y Rayo Vallecano (10-2). Sin esos partidos, los blancos habrían firmado menos de la mitad de dianas (14) en los segundos periodos respecto a los primeros.
"La sensación del madridista de toda la vida es que sabemos que el equipo tiene fases que le falta continuidad. La tenemos que conseguir. Los ídolos que han aplaudió la afición son jugadores de casta como Juanito, Pirri o Di Stéfano que dan todo en el campo. Eso es lo que espero en cada encuentro".
Ese fue el principal mensaje que lanzó Benítez antes de enfrentarse al Valencia. Sabía que los errores del pasado podían volver a resurgir. Y, aunque después del choque se mostró satisfecho con el rendimiento de sus hombres, una vez más, y ya son unas cuantas, el Real Madrid bajó su nivel en una segunda parte.