Es Noticia

La amenaza de Julian Draxler: segunda parte

Joaquín Anduro

Si hubo un jugador del Wolfsburgo que destacara en el partido de ida de cuartos de Champions en el que los alemanes se impusieron al Real Madrid, ese fue Julian Draxler, la gran amenaza del equipo de Volkswagen para el partido de vuelta.

Julian estaba predestinado desde joven para triunfar en el mundo del fútbol. Desde muy joven, ya que debutó con sólo 17 años en el Schalke 04 de la mano de Felix Magath. Al conjunto de Gelsenkirchen llegó con 8 años, y pasó por todas las categorías de la cantera del club hasta que Magath le hizo saltar al campo en un Hamburgo-Schalke sustituyendo a Ivan Rakitic en el último partido del croata en Alemania.

En abril marcó su primer tanto con el equipo 'azul real', en la victoria ante el Sant Pauli por 0-2. El otro tanto de ese partido lo marcó el nexo de unión entre el futbolista alemán y el equipo al que se enfrenta esta semana: Raúl González.

Desde que Draxler debutara, Raúl vio en él al futbolista del futuro en el Schalke. De hecho, una de las jugadas más recordadas del jugador nacido en Gladbeck acaba con el tanto de Raúl, que compartió con Draxler su primera temporada y media en el fútbol profesional.

Juntos también conquistaron la Copa de Alemania en el año 2011, su primer título, y participó en la histórica temporada del equipo de la cuenca del Ruhr en la Champions League de ese año, cuando eliminaron a Valencia e Inter para caer finalmente con el Manchester United en semifinales, a pesar de la exhibición de un joven portero que ya apuntaba maneras: Manuel Neuer.

Todo con 17 años, como Raúl cuando debutó en Zaragoza con el Real Madrid. Draxler se convirtió en el cuarto jugador más joven en debutar en la Bundesliga y le costó mucho abandonar el equipo de su vida. Tuvo una oferta del Real Madrid en 2013, que rechazó porque no se veía en ese momento abandonando el Schalke, con sólo 19 años.

"No me arrepiento porque lo hice con plena convicción", declaró el jugador hace unos días en la revista alemana Kicker. Tampoco se fue al Borussia Dortmund, el eterno rival. Ahí sí que influyeron más factores emocionales, hasta que el verano pasado el Schalke ya no pudo retenerlo y terminó firmando por el Wolfsburgo previo pago de la cláusula de 36 millones.

El hecho de jugar Champions League le motivó para, a sus 22 años, probar una nueva experiencia en otro club. Llegó con presión desde el inicio, ya que fue firmado para ocupar el puesto de uno de los jugadores más destacados en el Wolfsburgo en los últimos años: Kevin de Bruyne. El traspaso millonario del belga al Manchester City motivó la búsqueda de un jugador de características similares y ahí apareció el nombre de Draxler.

Un nombre consolidado ya en Alemania, ya que hasta la fecha cuenta con 17 internacionalidades con la selección germana, en la que incluso ha anotado un gol en un amistoso contra Estados Unidos. Con la 'mannschaft' también ha dejado actuaciones para el recuerdo, no en vano se proclamó campeón del mundo en Brasil, aunque su participación fuera testimonial. Sólo participó en un partido, pero vaya partido, la goleada de su selección ante la anfitriona Brasil en las semifinales por 1-7, en un duelo que ya es historia del fútbol.

Poco a poco está ganando en importancia en el esquema de Joachim Low, y nadie duda de que sus cualidades más destacadas como el disparo, el desborde o el último pase terminarán siendo clave en éxitos futuros de Alemania. 

Si acaso tiene que mejorar algo es la regularidad. Puede ser debido a su juventud, pero sí es cierto que el Wolfsburgo ha echado de menos este año mayor actividad del mediapunta en algunos partidos de Bundesliga, donde su equipo se ha complicado incluso clasificarse para la Europa League. Eso sí, cuando está no hay quien le pare, y si no que le pregunten a Danilo.

Los silbidos que se llevó el lateral brasileño en el último partido del Real Madrid en casa, frente al Eibar, no son fruto de la casualidad. Es cierto que el ex del Oporto hizo aguas en defensa en el partido de ida de cuartos de Champions, pero la causa principal fue que enfrente no tenía a un cualquiera, sino a un Julian Draxler que está saliéndose esta temporada en la máxima competición continental. De sus botas nacieron los dos goles que permiten a su equipo viajar a Madrid con una gran ventaja en el marcador global.

Y es que a su partido ante el Real Madrid hay que sumarle una excelente primera fase en la que eliminaron al Manchester United y, sobre todo, el encuentro memorable que realizó en la ida de la eliminatoria de octavos ante el Gante, en Bélgica. Allí marcó dos goles en el 2-3 en la victoria que facilitó el pase a su equipo por primera vez para cuartos de Champions, destacando sobre todo el segundo gol, con caño y vaselina incluidos.

Todo antes de llegar a una eliminatoria en la que puede realizar un último 'favor' a su club de origen, el Schalke. Y es que el club de Genselkirchen cayó eliminado en Champions los dos últimos años ante el Real Madrid, en 2014 (1-6 en casa y 3-1 fuera) y en 2015 (0-2 en Alemania y un 3-4 en el Santiago Bernabéu que a punto estuvo de provocar una de las mayores sorpresas de los últimos años en la competición).

Importantísimo es el factor emocional de Draxler en su carrera, como ya hemos visto, a la hora de ver su mejor versión. Siguiendo estas directrices no extraña la motivación de Draxler ante su mayor ídolo: Zinedine Zidane. L'Equipe contaba una anécdota en la que Draxler encontró a Zidane en un restaurante de Berlín y le dio vergüenza saludar al francés. 

No pudo elegir mejor ocasión para presentarse: con una exhibición que deja a 'Zizou' al borde del abismo en su primera aventura europea como entrenador. Ahora llega la vuelta en el Santiago Bernabéu, y la oportunidad perfecta de Draxler para llamar a la puerta de las estrellas del firmamento futbolístico mundial.

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar