Una de las grandes novedades en el once del Real Madrid, Marcos Llorente, se marchó del RCDE Stadium con derrota y de nuevo con la sensación de que no logra imponerse en el centro del campo merengue.
El partido ante el Espanyol se trataba del tercero como titular del centrocampista madrileño a su regreso a la primera plantilla del Real Madrid, tras los choques ante el Levante en el Santiago Bernabéu (1-1) y Getafe en el Coliseum (1-2), tres partidos sin que el equipo blanco haya tomado el control.
A esto hay que sumarle el mal paso del Real Madrid por la Copa del Rey. Ante Fuenlabrada, Numancia y Leganés se vio a unos jugadores que distaban mucho del 'Equipo B' que tan buen resultado dio en la temporada pasada, con Llorente como una de las novedades con respecto a esa 16/17.
La ausencia de Casemiro rompe al conjunto de Zidane, y Llorente nunca ha sido capaz de cubrir ese hueco. Tampoco ha ayudado el mal partido de Kovacic, su acompañante en el centro del campo, pero las malas sensaciones dejadas por Llorente contrastan y sorprenden después del temporadón el pasado año con el Alavés. Sus 23 años le dan margen de sobra de cara al futuro para convertirse en el mediocentro que se espera.