Karim Benzema y Gareth Bale, jugadores del Real Madrid, dispusieron ante el Leganés en el estadio Santiago Bernabéu de una nueva oportunidad para reivindicarse ante los ojos de su técnico Zinedine Zidane y de los aficionados del conjunto blanco durante un choque que terminó con triunfo por 2-1.
Suplentes ambos en la visita del equipo a Múnich con motivo de la ida de las semifinales de la Liga de Campeones, solo el francés acabó teniendo minutos en ese partido en detrimento del lesionado Carvajal. Bale, por su parte, no pisó el césped al igual que sucediera en el último encuentro a domicilio del Real Madrid en la máxima competición europea ante la Juventus de Turín.
Dadas las circunstancias, esta cita era importante para ambos. Más si cabe después de conocerse que Francisco Alarcón 'Isco', quien abandonó también el Allianz Arena con problemas físicos, no estará en el enfrentamiento de vuelta contra los germanos. Ese contratiempo les permitía tener una puerta abierta de cara a la titularidad con permiso de Marco Asensio, otro de los aspirantes al puesto.
Su importancia ante el Leganés se multiplicaba además teniendo en cuenta que junto a ellos no iba a estar el portugués Cristiano Ronaldo, por lo que estaban llamados a ofrecer buenas prestaciones en la ofensiva acompañados de Borja Mayoral.
Este formó de inicio en la delantera junto a Benzema, desplazándose Bale al costado diestro y Dani Ceballos al izquierdo. Buscaban así los locales varias alternativas ante un rival dispuesto a conceder poco atrás.
El arranque fue prometedor ya que a los ocho minuto Benzema penetró en el área, sacando un golpeo desviado por Zaldua. Bale, que partía de posición dudosa, remató en escorzo y superó a Cuéllar en su salida para hacer el 1-0. Era el primer gol del 'once' desde que anotara un doblete ante Las Palmas completando la que fue una buena actuación suya en tierras canarias.
Por detrás en el electrónico cabía esperar un cambio de planteamiento por parte del Leganés, pero esto no sucedió. Los de Asier Garitano siguieron centrados en mostrarse sólidos en la defensa y eso hizo que se vieran pocos espacios.
La situación obligó a Benzema y a Bale a ofrecerse fuera de sus zonas de mayor peligro para entrar en contacto con el esférico. Contagiados por la falta de fluidez del equipo, se diluyeron paulatinamente intentando alguna acción individual que no pasó a mayores. Pese a ello ampliaron la renta los madridistas por medio de Mayoral en la última jugada de la primera mitad.
De vuelta al verde, ninguno de los dos mejoró su versión en los instantes iniciales. En el caso de Benzema, además, apenas dispuso de algo más de un cuarto de hora en el que no brilló pues a los sesenta y dos minutos dejó su sitio a Asensio y el brazalete de capitán a Bale.
El galés, activo, lo intentó en las pocas oportunidades de las que gozó y tuvo cerca ampliar su renta personal en el minuto setenta y uno cuando un tiro suyo desde el borde del área se perdió por encima del larguero.
Sin acierto en esa situación, poco más ofreció hasta el final del choque. Tampoco Asensio, menos inspirado que en Alemania. Zidane tendrá ahora que decidir quién ocupa el hueco de Isco en el que será uno de los partidos más importantes de la temporada.