El delantero del Real Madrid Gareth Bale fue uno de los grandes protagonistas en el empate 2-2 del equipo blanco en el Clásico del Camp Nou, con un tanto para igualar el encuentro.
En cinco temporadas en el equipo blanco, no se había visto aún una versión tan revolucionada del futbolista galés, en uno de sus peores momentos desde que llegara a la casa blanca procedente del Tottenham en 2013.
Y eso que su primera mitad no parecía indicar que Bale sería uno de los destacados, al menos para bien. Se le vio desaparecido por el frente del ataque blanco y además sus compañeros no veían sus escasos marcajes. Incluso pudo marcharse expulsado, después de que Hernández Hernández no viera nada en un pisotón sobre Umtiti.
Pero en la segunda mitad, ya sin la sombra de Cristiano, el galés pudo sacar su mejor fútbol. Se le vio más libre, sin la obligación de tener que tapar las subidas de Jordi Alba por la izquierda y así empezaron a llegar sus ocasiones.
Entre Umtiti y Ter Stegen le frenaron, pero ninguno pudo hacer nada con un latigazo desde la frontal del área tras pase de Asensio que terminó colándose por el ángulo de la portería del germano. Su primer tanto en el Camp Nou llegó en el momento justo para rascar un empate para su equipo.