Carlos Mateos GilMadrid, 12 may .- El galés Gareth Bale firmó una magnífica actuación ante el Celta de Vigo y logró un doblete que permitió encarrilar el contundente triunfo del Real Madrid (6-0).
Afrontaba el 'once' blanco la cita como una nueva oportunidad para seguir haciendo méritos en busca de protagonismo durante la final de Liga de Campeones en Kiev. También rodeado de rumores sobre su posible salida del club en verano.
Ausente en la visita entre semana al Sánchez Pizjuán por acumulación de amonestaciones, sus dos partidos precedentes habían acabado con sendos goles ante el Leganés en el Santiago Bernabéu y el Barcelona en el Camp Nou.
Bale saltó al campo con la misión de desenvolverse por el costado derecho del ataque junto al francés Karim Benzema e Isco Alarcón, ya recuperado del esguince de hombro que había sufrido en Múnich.
Con ganas de aparecer desde los instantes iniciales, este prometía ser un duelo en el que sacar punta a sus virtudes toda vez que el rival planteó una defensa adelantada que dejaba muchos espacios a su espalda.
De esta manera, a los trece minutos un saque de puerta de Keylor Navas lo capturó Luka Modric. Se zafó con habilidad el croata y consiguió dibujar un excelente pase en profundidad hacia la carrera de Bale. Su velocidad le permitió plantarse solo ante Sergio y definir con un tiro raso que entró después de tocar en un poste.
Fue un tanto con dedicatoria especial, ya que lo celebró llevándose el dedo a la boca como un guiño hacia Axel Charles, su tercer hijo junto a su pareja Emma Rhys-Jones y que nació el pasado martes.
Poco después se le pudo ver probando suerte con otro de sus puntos fuertes, el balón parado. El atacante asumió el lanzamiento de una falta desde la frontal y su potente impacto obligó a la intervención del guardameta. Era el anticipo del segundo de sus goles, uno de los más bonitos que ha marcado con la camiseta del Real Madrid.
La jugada guardó ciertas semejanzas en su inicio con la de la primera diana, solo que en esta ocasión fue Isco el asistente. Bale ganó a Jonny en la carrera y tras hacerse con el esférico junto a la línea de fondo, inventó un quiebro que desmontó al zaguero para acto seguido sorprender con un zapatazo que se coló por la parte alta de la portería. Ambos aciertos permitieron a los de Zidane marcharse al descanso con el partido encarrilado al sumar Isco el 3-0.
De vuelta al verde, Achraf amplió la cuenta durante unos minutos en los que Bale no entró demasiado en contacto con el balón. Sin embargo, cuando lo hizo, volvió a llevar peligro. Así, en el minuto 58, dio trabajo a Sergio de nuevo con un intento que el portero detuvo en dos tiempos.
Seis más tarde, en el 64, desde el banquillo se decidió alterar el nombre de sus acompañantes con la entrada de Mayoral y Asensio por Benzema e Isco. Fue el anticipo de su sustitución por Lucas Vázquez en el 70.
En esta ocasión mudó los pitos que se habían vivido en semanas anteriores por aplausos. Incluso algunos seguidores le despidieron puestos en pie como reconocimiento a su gran tarde. Una demostración de que Bale aún no se da por vencido.