El 'nuevo' Real Madrid de Santiago Solari se estrenó este miércoles en Melilla en la Copa del Rey con una aseada victoria (2-0). Un primer triunfo que le servirá al argentino, si hay opción alguna, para estar un poco más cerca de su sueño: continuar en el banquillo madridista.
Llegaba al banco del primer equipo como apuesta de Florentino Pérez y el presidente, esta vez sí, acertó. Solari apostó por la lógica, mezcló a titulares y debutantes en el once y se marchó del feudo del Melilla con una buena victoria.
Le costó arrancar a los suyos y los fantasmas, en plena noche de Halloween, comenzaron a rodear al banquillo. ¿Y si la culpa no era de Lopetegui? ¿Y si la plantilla no está concentrada en competir?
Sin embargo, los fantasmas se espantaron en cuanto empezó a llover. Vinicius agarró la bola, comenzó a combinar con sus compañeros y como si fuese un jugador más veterano de lo que es, sacó la calidad y el descaro para que los suyos despertasen. El resto lo hizo "la calidad de la plantilla". Porque sí, con Lopetegui y con Solari la plantilla sigue siendo la misma.
Karim Benzema anotó el primero -da igual el entrenador que ocupe el banco, él siempre es titular a pesar de los técnicos criados en twitter- y Asensio, con un excelente pase de Vinicius de por medio, anotó el segundo antes del descanso.
Tras el paso por los vestuarios quedaba poco por jugar: Javi Sánchez, que se estrenaba, se permitió bajar el ritmo y ahorrarse la expulsión, Reguilón, que hasta ahora sólo fue protagonista fuera del verde, dejó detalles junto a otros tantos, Cristo anotó su primer tanto como madridista en su debut y el técnico se dedicó a rotar a los supuestos titulares como Ramos y Benzema.
Santiago, amigo, ya te queda una victoria menos para cumplir tu sueño, para hacer olvidar los nombres de Conte, Pochettino y Roberto Martínez... y para que el Bernabéu... ¿vuelva a soñar con un Zidane 2.0?
Suerte,
la necesitarás y esto apenas acaba de comenzar.