La reacción del Real Madrid con la llegada de Santiago Solari al banquillo se desplomó en Ipurua, donde ofreció su peor imagen del curso, superado por el Eibar y sin capacidad de reacción, incapaz de igualar la intensidad del rival y con una endeblez defensiva que se refleja en los peores números en una década.
La semana negra del belga Thibaut Courtois, fuera de la Liga de las Naciones tras encajar cinco goles con su selección, se cerró recibiendo tres tantos y salvando otros cuantos. Es víctima de la falta de actitud defensiva de un Real Madrid poco solidario en el balance defensivo, que comete graves errores individuales y se desconecta de los partidos.
Los peores errores de la corta etapa de Julen Lopetegui resucitaron en Ipurua, curiosamente el día del regreso de titulares indiscutibles de la zaga como Marcelo, Raphael Varane o Dani Carvajal, que se perdieron por lesión los cuatro primeros partidos de Solari.
El Real Madrid aumenta la sangría de goles encajados a 19 en trece jornadas ligueras disputadas. Tiene numerosos focos de problemas, pero es el más alarmante. Encaja 1,46 tantos por encuentro. Un dato demoledor al que le volvió a añadir en Ipurua su falta de pegada. En cuatro jornadas fue incapaz de marcar. Las mismas en las que ha logrado dejar su puerta a cero.
Los 20 tantos a favor y 19 en contra plasman un pobre bagaje para un equipo que desea ser aspirante al título, que en la decimotercera jornada dejó escapar la oportunidad de sacar partido del duelo de altura entre Atlético de Madrid y Barcelona.
Volvió a las andadas en una Liga en la que ha dado más tropiezos que pasos en firme. Solo seis victorias en trece partidos y cinco derrotas que provocan terremotos internos en el club.
Sin Lopetegui se enfoca a los jugadores y su bajo rendimiento. El capitán Sergio Ramos no fue esquivo y asumió la responsabilidad en nombre de la plantilla. El último curso enterraron sus opciones ligueras en el clásico previo a las vacaciones navideñas. En el presente firman la peor línea posible. Solo en dos competiciones completas perdieron más partidos, seis, en 2015 y 2018. En menos de la mitad de campeonato ya suman cinco.
El Real Madrid exhibió en el césped de Ipurua todos sus defectos sin mostrar orgullo, como hizo en una derrota por el mismo resultado ante el Sevilla en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán. Superado en intensidad, asfixiado en la presión del rival sin encontrar soluciones para la salida del balón. Son virtudes del Eibar que había explicado Solari, que preparó soluciones que no se llevaron a cabo.
La enésima lesión muscular, en este caso de Álvaro Odriozola, muestra la mala preparación física de la plantilla.
También lastran al equipo un Marcelo lejos de su poder de influencia, la inseguridad de la pareja Varane-Ramos en el centro de la defensa, Ceballos como parche en una posición poco natural para sus cualidades por la ausencia de Casemiro, la intrascendencia de Kroos y Modric, el apagón de Marco Asensio y anarquía de Bale, que no ayudó nunca en defensa en su regreso a la banda derecha en la que quiere jugar.
Solo Courtois, que bastante tuvo, y Karim Benzema, que fue el único que tiró del carro, se salvaron en un día negro.
Solari tiene mucho trabajo por delante tras encajar su primera derrota. La quinta suplencia consecutiva de Isco muestra que no le ha temblado el pulso a la hora de tomar decisiones que debe adoptar para buscar una reacción inmediata en el Olímpico de Roma el martes.
El primer puesto de grupo en la Liga de Campeones y evitar algún favorito en el cruce de octavos está en juego.