Isco Alarcón vive en el ostracismo desde el momento en el que Julen Lopetegui dejó de ser el entrenador del Real Madrid. La llegada de Santiago Solari al banquillo madridista le está causando más problemas de los esperados ya que el jugador está disponiendo de escasos minutos para demostrar su valía.
A pesar de ser preguntado en numerosas ocasiones desde su primer encuentro por Isco y los motivos de sus continuas suplencias, el técnico argentino ha comentado en todo momento que el malagueño es un futbolista más, e importante, de la plantilla de la que dispone y que corresponde a él tomar las decisiones.
Volvió a ser cuestionado sobre este aspecto en la previa del duelo ante la Roma y no se movió de su respuesta habitual, pero sin embargo, en esta ocasión Isco ni siquiera estuvo sentado en el banquillo junto al resto de suplentes, sino que vivió el encuentro desde la grada para mayor sorpresa de todos.
Quedó evidenciado pues, que existe algún problema entre jugador y entrenador. Según la Cadena Cope, este desencuentro tiene su origen en el partido del pasado sábado en Ipurúa ante el Eibar. Tras la dolorosa derrota por 3-0 ante el conjunto armero, y según informa este medio, Isco le negó la mano a su entrenador, de lo cual éste tomó nota y ello, agregado a la intensidad con la que se emplea en los entrenamientos, propiciaron que el futbolista fuera uno de los descartes en el Olímpico de Roma.
El pasado miércoles Isco se retiró del entrenamiento del equipo tras la victoria en tierras italianas por unas molestias que arrastraba del pasado domingo. Habrá que estar pendientes por tanto de si el futbolista se ejercita este jueves al mismo nivel que el resto de sus compañeros y de qué rol cumple el próximo sábado en el encuentro ante el Valencia de Marcelino.