Uno de los mejores alumnos de los barrabravas, grupo ultra de Boca Juniors, fueron los Ultra Sur, aficionados radicales del Real Madrid que se situaban en la tribuna baja sur del Santiago Bernabéu, estadio en el que se disputará la vuelta de la final de la Copa Libertadores.
Un encuentro en el que tras varios contactos y las enseñanzas pasadas, Boca Juniors volverá a partir como local.
Según Infobae, la historia de la relación entre La Doce y los aficionados madridistas nació en 2005, cuando el líder de barrabracas Rafael Di Zeo, había visto el filón de armar el Adrenalina Tour, un experimento de turismo alternativo que facturaba con europeos aburridos en busca de experiencias tercermundistas. Asociado a un operador turístico que trabajaba con los hoteles cinco estrellas de la ciudad, montó "Un día con La Doce", un programa en el cual cada domingo un grupo de turistas iba temprano a Casa Amarilla, disfrutaba de los preparativos y el choripán con la barra, después entraba con ella a la segunda bandeja y se ubicaba en el lugar más seguro de La Doce, justo arriba de donde están las trompetas, siempre custodiados por miembros de la segunda línea.
"Vivir un partido en medio de La Doce es el sueño de todo el mundo. Los gringos no lo pueden creer. Y nosotros les damos el gusto", admitía Di Zeo que se quedaba para la barra con 150 dólares per cápita cada domingo (los grupos llegaban a ser de hasta 40 personas).
El éxito fue tal que el rumor corrió rápido por todos los lugares del planeta, y ahí Di Zeo vio otro filón: la escuela de barrabravas. Porque había muchos violentos europeos y del resto de Latinoamérica que no podían creer cómo La Doce podía vivir y muy bien solo de trabajar de barras.
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