El Real Madrid viaja al Gran Canaria Arena para estrenar su versión europea y lo hace 'mosqueado' tras su derrota en el derbi madrileño, sin tiempo apenas para preparar nada y tampoco para lamerse las heridas.
Que el Real Madrid, en estos primeros meses de temporada, ha puesto el foco en la Euroliga en detrimento de la Liga Endesa no es un secreto para nadie, pero eso no significa que las derrotas sean bien aceptadas en el seno del vigente campeón de ambas competiciones.
Más que la derrota en sí misma, el 'mosqueo' viene dado por "la manera de afrontar el partido" en el derbi, en palabras del propio entrenador madridista. Algo que podría tener una mínima justificación por la proliferación de partidos, ya que el Madrid va a jugar, otra vez, cuatro partidos en ocho días, pues tras el derbi, viaja a Gran Canaria, recibe al Olympiacos, el jueves, y el domingo al Tecnyconta Zaragoza.
El partido ante el Herbalife será el tercero de la temporada entre ambos equipos, el pasado 20 de noviembre el Madrid ganó en Euroliga por 89-76 y en Liga Endesa, el 9 de diciembre también en Madrid, se repitió la victoria blanca por 87-63.
Pablo Laso parece no tener más baja que la de Jaycee Carroll, con una "lesión muscular en el glúteo medio de la pierna derecha", y tampoco cuentan en principio el canterano Melwin Pantzar ni Ognjen Kuzmic, todavía fuera de forma.
Anthony Randolph, dado de baja en la competición doméstica, volverá al equipo (ha sido el único que ha sido titular en todos los partidos de la Euroliga) y Laso sólo tendría que hacer un descarte, para el que tendría muchas papeletas Santi Yusta, como ha sucedido hasta el momento.
La derrota ante el Estudiantes, sirve además de revulsivo para un equipo que está dando su mejor versión en Europa y que en este primer partido de la segunda vuelta tiene muy bien encaminada la clasificación para los playoffs, con un colchón importante de cinco victorias.