Francisco Alarcón 'Isco' retornó a la titularidad con el Real Madrid y lo hizo sin lucimiento, disputando sesenta y ocho minutos durante el encuentro de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey que midió a su equipo contra el Leganés en el estadio de Butarque.
Afrontaba el conjunto blanco el enfrentamiento con una cómoda renta después de imponerse por 3-0 en la ida por lo que parecía una situación propicia para dar entrada al malagueño, habitualmente en el banquillo desde la llegada de Santiago Solari.
De hecho el 'veintidós' no había vuelto a salir de inicio desde el pasado 12 de diciembre, cuando los suyos cayeron por 0-3 ante el CSKA de Moscú en el duelo que sirvió para cerrar la fase de grupos de la Liga de Campeones.
Solo una vez más, en la vuelta de dieciseisavos de final de la Copa del Rey contra el Melilla, había sido Isco de la partida pese a que las numerosas bajas en ataque le abrieron esa posibilidad por ejemplo en el último enfrentamiento liguero contra el Betis. Así pues, se planteaba esta como una buena oportunidad para brillar y dar argumentos a aquellos que piden a gritos más minutos para él.
En un Real Madrid que apostó por el 4-2-3-1 tras formar en Sevilla con cinco defensas, el malagueño se situó en la posición de mediapunta. A su lado en el ataque el brasileño Marcelo Vieira, que retornaba tras varios partidos ausente, y el gallego Lucas Vázquez. Por delante de ellos, como referencia arriba, el también brasileño Vinicius Júnior.
Con gesto de tranquilidad en el calentamiento, Isco fue el encargado de recuperar en el centro del campo el primer balón para su equipo después del pitido inicial antes de comenzar a moverse con libertad por el centro del campo.
Alternándose en la posición por momentos con Marcelo y con Lucas, fue junto a la línea de cal en el lado izquierdo donde dejó un detalle de clase en el minuto doce por medio de un doble regate antes de asegurar la posesión.
A partir de ahí se mostró intermitente en cuanto a su influencia en la parcela ofensiva, sin apenas protagonismo sobre el campo hasta que al filo de la media hora tuvo dos buenas oportunidades que acabó malogrando
En la primera recibió de Marcelo y superó con un autopase la llegada del griego Dimitrios Siovas, aunque el guardameta Iván Cuéllar estuvo rápido y atento para tirarse a sus pies y evitar el tanto que hubiera supuesto el 1-0.
Poco después, se lanzó en carrera hacia la portería contraria como integrante del contraataque madridista posterior a un córner. Este acabó en sus pies pero Bustinza apareció providencial para tapar su tiro. Acto seguido, se adelantaron los locales por medio de Braithwaite.
Con el resultado en contra al descanso, el técnico del Real Madrid decidió dar entrada a Dani Ceballos por Reguilón. Ese cambio reubicó a Marcelo en el lateral, quedando Isco como falso 'nueve' junto a Vinicius y Lucas.
No le benefició su nueva posición en el verde. Sin capacidad para generar peligro, trataba de aportar en la asociación al borde del área pero tenía complicaciones para ello ante una retaguardia rival que apenas concedía espacios.
Obligado a dejarse caer por el centro del campo para entrar en contacto con el esférico, finalmente acabó desdibujado y sustituido por Cristo. Despedido con pitos por la grada de Butarque, puso rumbo al banquillo sin saludar a Solari ni cruzar la mirada con él. Tampoco hizo gesto alguno el entrenador. Demostración de frialdad entre ambos como colofón a una noche donde el andaluz no destacó.