La casa del socorro
Partes médicos duplicados, mensajes a clubes y prensa, enfermeros y médicos ocupados y, por encima del resto, dos entrenadores con un increíble cúmulo de problemas alrededor de sus equipos: Santiago Solari, Real Madrid, y Diego Simeone, Atlético de Madrid, viven en Madrid, viven en la casa del socorro, la casa de los lesionados.
No hay explicación posible, no hay razonamiento lógico para lo sucedido durante el primer mes de competición del 2019 en Madrid: los dos equipos más fuertes de la capital -casi- cuentan sus días por lesionados.
Así están ambas enfermerías
Santiago Solari, entrenador madridista, cuenta con siete lesionados (y Courtois recién recuperado) sin contar con Karim Benzema, que a pesar de tener una importante lesión en su mano, evitará pasar por quirófano: Keylor Navas en portería, el letargo de Vallejo y sus lesiones en defensa, Toni Kroos, Asensio y Llorente en el centro del campo y, finalmente, Bale y Mariano en delantera.
Sólo dos de los siete tienen previsto entrenar antes de final de mes: Toni Kroos y Marcos Llorente. El resto, pendientes de evolución, parecen no tener fecha indicada exacta para recuperarse y volver a contar con un entrenador que llegó a jugar en el Benito Villamarín ante el Real Betis con el delantero del Castilla.
Lejos de mejorar está Simeone, que aún no cree que se puedan seguir lesionando jugadores. Para este sábado, el argentino contará únicamente con once jugadores de campo. ¿El resto? En enfermería.
El técnico colchonero cuenta con Filipe Luis (isquiosural), Saúl (cuádriceps), Kalinic (faringoamigdalitis), Savic (isquio), Gelson y Vitolo (muslo) y Diego Costa (operado del pie) fuera de su equipo y pasa las noches -o casi- buscando soluciones para un puzle que parece imposible de solucionar.
Febrero se avecina y con él recuperaciones, vueltas de jugadores al grupo y un importante número de buenas noticias para Solari y Simeone. O no, que este sábado vuelven a jugar, los partidos se acumulan... y las puertas de la casa del socorro se vuelven a abrir.
Pesadillas en Madrid, la enfermería no tiene más sitio.