El Real Madrid consiguió un importante empate este miércoles en el Camp Nou en la ida de las semifinales de la Copa del Rey. El conjunto blanco, marcado por las decisiones de Santiago Solari en su alineación, tuvo dos grandes nombres propios. El positivo, Vinícius; el negativo, Marcelo.
Todos los focos apuntaban al mismo hombre: Vinícius Jr. El delantero del Real Madrid, llegado el pasado verano, debutaba -y como titular- en el Camp Nou y su actuación, aunque no acabó por ser brillante, no defraudó.
Autor del pase a Benzema antes del tanto de Lucas, el brasileño buscó el desborde, encaró, ayudó en defensa y se mostró ante el gran público rival. Con la dificultad de superar a Semedo y a su velocidad, Vinícius aprovechó las subidas del portugués para enfrentarse, cara a cara, a Gerard Piqué. El zaguero azulgrana, en numerosas ocasiones, se vio superado.
Vinícius mostró a sus 18 años una madurez no habitual en sus jugadores y contentó -en su gran mayoría- a todos los aficionados madridistas que apostaron por él a principios de temporada.
En el otro extremo, Marcelo. El lateral zurdo completó uno de sus peores encuentros con la camiseta blanca. Superado, por completo, por Malcom -un jugador que apenas había tenido buenas actuaciones con el Barça- su estado físico preocupa, y mucho, en el seno blanco.
Ni velocidad, ni defensa, ni ataque: Marcelo no ofreció nada al Real Madrid durante los 93 minutos de encuentro que se jugaron en el Camp Nou.
En el tanto de Malcom, señalado. En cada ocasión azulgrana, señalado. El Marcelo que todos conocían se arrastró, casi de forma literal, por el estadio del máximo rival.
Santiago Solari apostó por él y dejó a Reguilón en la grada. Salió mal. Por suerte para el argentino, Vinícius sí respondió a su apuesta.
La cara y la cruz blanca de El Clásico.