Los primeros días de ensueño de Brahim Díaz parecen haber pasado a mejor vida. El jugador malagueño pasó de haber sido anunciado y presentado a debutar con el Real Madrid en cuatro días, pero un mes después se encuentra en un segundo plano.
Debutó de manera oficial con la camiseta blanca en la ida de octavos de final de Copa del Rey ante el Leganés. Volvió a entrar en el equipo de Solari unos días después en LaLiga Santander frente al Betis, y de nuevo en la vuelta de octavos de Copa del Rey. Desde este último encuentro ha pasado ya casi un mes y poco se sabe del delantero malagueño.
Brahim parece haber caído en el ostracismo absoluto desde que entrara en una convocatoria de Solari el pasado 24 de enero, en la ida de cuartos de final de Copa ante el Girona. Eso sí, sin un minuto.
Su aterrizaje en el equipo llegó propiciada por una serie de acontecimientos que a día de hoy parecen haber desaparecidos. La situación personal del jugador en el Manchester City, y sobre todo, la del conjunto blanco. El equipo llegaba de perder dolorosamente ante la Real Sociedad y con las lesiones de Asensio, Mariano y Bale.
La situación ha cambiado bastante desde aquel entonces. El equipo dirigido por Santiago Solari ha cambiado totalmente su dinámica. Marcha lanzado en LaLiga y Copa. En el campeonato doméstico viene de imponerse con solvencia en el derbi madrileño ante el Atlético, ha subido hasta la segunda posición y se sitúa a seis puntos del líder, el Barcelona. Precisamente antes el conjunto azulgrana afrontó la ida de semifinales de Copa ante el Barça, un Clásico que el conjunto blanco saldó con un 1-1 en el Camp Nou.
Además la enfermería blanca se ha vaciado considerablemente: únicamente queda Marco Llorente (Isco es duda). Todo ello propicia que Brahim sea la última bala para el técnico argentino.