Florentino Pérez sabe que tiene deberes que hacer tras haber gastado 300 millones de euros en fichajes antes de comenzar el mes de julio.
El presidente del Real Madrid ha esperado a tener los jugadores firmados para comenzar una operación salida sin prisa ni necesidades, algo que notan mucho los otros equipos cuando existe la necesidad de vender imperiosamente.
Y lo ha hecho de la mejor de las maneras, comenzando el mes de julio con tres ventas que llevarán 100 millones de euros a las arcas del club por tres jugadores que no cuentan para Zinedine Zidane.
El primero de los tres movimientos fue mandar a Marcos Llorente al Atlético de Madrid por 40 millones de euros, un precio muy bueno para un jugador salido de la cantera del club blanco.
Zidane parece que quiere otro perfil diferente para poner competencia al brasileño Casemiro y es por ello que su traspaso ha sido bien visto en el club pese a que el jugador haya acabado en el vecino.
El segundo de los traspasos es el del centrocampista croata Mateo Kovacic. El Chelsea necesitaba fichar y no podía por la sanción FIFA y aprovechó una cláusula del contrato de cesión para hacer efectiva su venta.
El subcampeón del mundo deja 45 millones de euros en el Real Madrid, un beneficio de 15 millones respecto a su compra. Un buen negocio a todas luces.
Por último, y todavía no cerrado, está la venta del lateral zurdo Theo Hernández. El futbolista francés no ha conseguido sacar todo el potencial que se le vio en el Alavés de Mauricio Pellegrino y tras una cesión no demasiado fructífera en la Real Sociedad han decidido venderlo al AC Milán.
Se espera que el fichaje se cierre en las próximas horas o días y dejaría en el club una cifra entre los 15 y 20 millones de euros, una pérdida respecto a los 30 que pagaron por su fichaje al Atlético.