Zinedine Zidane cuando era futbolista profesional tuvo la oportunidad de jugar junto a un crack brasileño del que todo el mundo hablaba por sus virguerías. Ese jugador pensaban que se iba a comer el mundo, pero quedó en buen jugador. Obviamente, hablamos de Robinho.
En los últimos meses se ha sabido bastante de por qué el crack brasileño no rindió al nivel que se esperaba de él, y en ello tuvo que ver mucho su vida extradeportiva.
Salió a la luz que Robinho tenía en su casa montado un casino, algo que te puede llegar a distraer de lo futbolístico.
Ante eso se entiende un poco mejor todas las precauciones que Zidane está teniendo con su pupilo Vinicius Junior.
El joven delantero brasileño no contó apenas nada para el francés en el tramo final de temporada, lo que le provocó que se quedara sin poder disputar la Copa América en su país natal y además ha visto como Zidane insistía en pedir a varios jugadores que ocupan demarcaciones que utiliza Vinícius habitualmente.
Eden Hazard y Luka Jovic fueron un aviso para el jugador, Zidane quiere que compita como el que más dentro del terreno de juego y también le ha dado consejos para fuera del campo.
El propio Vinícius reconocía que el entrenador del Real Madrid le había pedido que no escuchara a la prensa, que tuviera una vida más ordenada (la fiesta que montó la semana pasada no ayuda) y que pensara solo en mejorar cada día.
Por el momento, Brahím Díaz parece que le gana la partida al brasileño en su carrera por ganarse la confianza de Zidane, el español irá tres días antes del inicio de la pretemporada para estar más preparado para lo que viene, Vinícius seguirá de vacaciones hasta que lo llamen.