Zidane, Florentino y Bale: una relación difícil de olvidar

Gareth Bale, delantero del Real Madrid, abandonará el Santiago Bernabéu en los próximos días... como mucho. Su futuro se presentará muy lejos de Chamartín y su intermitente fútbol deberá continuar, probablemente, en la Superliga China. Su relación con Zinedine Zidane, a pesar de la insistencia de Florentino Pérez, nunca se pudo resolver, nunca se podrá olvidar.

Todo comenzó, tal y como recuerda el diario ABC, el 23 de abril de 2007. El Real Madrid se jugaba la vida -como de costumbre- en un Clásico ante el FC Barcelona y el delantero galés apenas duró 27' sobre el césped. Sus constantes lesiones volvían a aparecer.

Su paupérrimo estado físico -que no le dejó ser regular- añadido a las críticas sobre su cuidado y sus partidas de golf fueron haciendo mella en una relación que pareció romperse en Kiev: el fichaje más caro -o casi- de la historia blanca saltaría desde el banquillo y en contra del deseo de su técnico se convirtió en el héroe de la Decimotercera. A pesar de aquella noche, Zidane no lo quería y Bale tampoco, tal y como confesó ante los medios, seguir junto al francés. El divorcio era total.

La salida de Zizou hizo aparecer a la figura más paternal de Florentino Pérez. El máximo mandatario blanco se encargó de cuidar a Bale y tras el adiós de Cristiano Ronaldo le prometió ser figura del nuevo proyecto. Y fracasó.

El retorno de Zidane al banquillo, a pesar de un inicio juntos, prometía acabar con la historia de Gareth Bale en el Real Madrid y tras idas y venidas, como la de aquella tarde en Vallecas, sus días como blanco están muy cerca de terminar.

Un Clásico, una lesión, una final de Champions y una relación que jamás se olvidará en el Santiago Bernabéu. Ni Florentino Pérez, el todopoderoso, pudo reconciliar a su entrenador y a la que fue su estrella.