El Real Madrid de Zinedine Zidane ya está en la capital de España tras haber dejado atrás su gira por Estados Unidos para seguir trabajando la pretemporada. Una gira que no ha ido como esperaban en Chamartín.
El Madrid se estrenó perdiendo contra el Bayern de Múnich (3-1). Un resultado que no se tuvo en cuenta en primera instancia, pero que con los días ha ganado importancia.
Días después los blancos firmaban otra actuación cuestionable contra el Arsenal. Los de Zidane ganaron el partido en la tanda de penaltis, pero nadie olvida que se fueron al descanso con un 2-0 en contra y ofreciendo una imagen que dejaba mucho que desear.
Unos síntomas que se confirmaron en el amistoso contra el Atlético de Madrid (3-7), en una derrota que todavía duele al madridismo. La humillación fue sonada.
Para colmo, salió Zidane a la rueda de prensa a decir que el “Atlético se había tomado el partido demasiado en serio”. “¿En serio?”, pregunta un sector de la afición. “¿En serio el culpable del ridículo del Madrid es que el Atleti se ha tomado el partido con profesionalidad?”, insisten.
Y sí es cierto que los resultados en esta época del año no suelen ser el reflejo de lo que ocurra en la temporada. Y que los nuevos fichajes necesitan adaptarse. Pero la preocupación se está instalando en la planta noble del Santiago Bernabéu.
Los responsables blancos con Florentino Pérez a la cabeza han trasladado ya lo que opinan sobre este estreno de Zidane al técnico galo a su llegada a Concha Espina. Y lo que le han dicho no pinta bien.
Desde la cúpula le reclaman ese “cambio” que aseguró que perpetraría en el equipo cuando fue presentado por segunda vez como técnico del Madrid. Y es que han salido y entrado jugadores, pero este Real huele igual de mal que el de la temporada pasada. Los Hazard, Jovic, Mendy y compañía no están dando el resultado esperado.
Zizou, por su parte, sigue reclamando a Paul Pogba. Pero los mandatarios consideran que sin el francés del Manchester United ya se deberían haber notado algunos cambios. Y poco a poco van perdiendo la confianza en el técnico. Y es que empiezan a no ver claro seguir invirtiendo en fichajes para el míster si este no está demostrando sacarles un buen rendimiento.
Todavía quedan casi tres semanas para el inicio de la temporada y el francés está convencido de que dará la vuelta a la situación. Pero la confianza en su nuevo proyecto empieza a agotarse y la tensión empieza a palparse entre el entrenador y Florentino y compañía. Que no se duerma Zidane porque el tiempo corre.