No es un secreto que el Real Madrid de Zinedine Zidane no ha recbido una buena planificación para esta temporada. El equipo blanco está firmando una campaña similar a la anterior, en la que los blancos ya no luchaban por nada a finales de marzo. Eliminados de la Copa del Rey y de la Champions League, solo quedaba la Liga, pero la distancia en la clasificación los dejaba prácticamente fuera de la ecuación.
Un camino que, si nada cambia, el equipo blanco volverá a seguir este curso. El proyecto de Zidane está dejando mucho que desear. Y los nervios ya invaden el Santiago Bernabéu.
El Real Madrid remueve el mercado
Tanto es así que en la planta noble ya han empezado a peinar el mercado y a establecer las bases de lo que debe ser el futuro Real Madrid. Y una de las zonas en las que ya se está trabajando es en el centro de la defensa.
Marcelo y Sergio Ramos ya pasan de la trentena. Raphaël Varane sigue sin adquirir galones en su novena temporada en Chamartín. Eder Militao todavía genera muchas dudas. Nacho Fernández no pasa de ser esa eterna promesa. Y tampoco están por la labor de recuperar a Jesús Vallejo.
Así las cosas, en la cúpula ya han empezado a mover hilos. Y el primer objetivo está fijado. Se trata de Kalidou Koulibaly, del Nápoles, al que Florentino Pérez los responsables están siguiendo desde hace tiempo. Se conoce que emisarios del Real Madrid se han desplazado en más de una ocasión a Nápoles para verlo en directo. Y el último viaje es bien reciente.
Dos regalos para Zidane
El futbolista senegalés de 28 años está tasado en 75 millones de euros y hay más de un grande de Europa tras sus servicios. No obstante, Florentino parte con cierta ventaja. Y es que el Nápoles hace tiempo que está interesado en James Rodríguez, que podría entrar para abaratar la operación.
Sobre todo si Zidane continúa dirigiendo el equipo, pues el colombiano ya fue uno de sus descartes el pasado verano. De hecho, cuando salió cedido al Bayern de Múnich Florentino le dio a elegir entre Isco y James, y el francés prefirió quedarse con el de Arroyo de la Miel. Con todo, si el francés aguanta la embestida este año y sigue el que viene, no solo recibirá el regalo de la salida de James, sino que tendrá su primera incorporación para el próximo curso.