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Así es el próximo fichaje del Madrid: las claves de la perla

Reinier celebra un gol con Flamengo.
Carlos Meneses Sánchez

En menos de un año, Reinier Jesús ha pasado de sufrir como un hincha más en la grada del Maracaná a asentarse en el primer equipo del Flamengo y suscitar el interés de grandes clubes europeos como el Real Madrid. Le conocen como el nuevo Kaká y es el líder de la selección preolímpica brasileña.

El mediapunta nacido en Brasilia hace casi 18 años -solo los cumplirá el próximo día 19- es la última perla del club "más querido" de Brasil, cuna también del ya madridista Vinicius Junior.

Sin ser titular indiscutible, los seis goles y dos asistencias que ha firmado en apenas quince partidos han sido suficientes para que su nombre empiece a resonar en el Viejo Continente.

Mide 1,85, es elegante con el balón y tiene una visión y un estilo de juego muy parecido a Kaká, el exjugador del Sao Paulo, Milán y Real Madrid, del que reconoce que siempre ha sido una de sus referencias.

De hecho, sus vidas también siguen caminos parecidos, pues Kaká también nació en una localidad del Distrito Federal de Brasilia, la capital brasileña.

En su primer año en la plantilla principal, Reinier ha sido partícipe de la mejor temporada de la historia del cuadro carioca tras conseguir en 2019 los títulos de Liga y Libertadores.

Debutó como profesional el pasado 31 de julio, en el peor de los escenarios posibles, en toda una vuelta de octavos de final de la Libertadores contra el ecuatoriano Emelec, en la que el Flamengo estuvo obligado a remontar el 2-0 sufrido en Guayaquil.

Con la eliminatoria igualada, el técnico portugués Jorge Jesús decidió dar la alternativa al joven creativo en un Maracaná a reventar y a veinte minutos para el pitido final.

Apenas entró en juego, pero se fue con un buen sabor de boca tras una agónica tanda de penaltis.

En reciente entrevista al periódico portugués Record, el entrenador admitió que la joya será vendida en breve por "varios millones de euros" a un club europeo que ya presentó su oferta,sin mencionar nombres.

Pocos esperaban una irrupción tan precoz, pues unos meses antes, Reinier había sido un mero espectador en la derrota durante la fase de grupos de la Libertadores frente al Peñarol uruguayo.

"Nunca imaginé estar como aficionado y después sobre el césped en la misma competición", recordaba en una entrevista reciente con GloboEsporte. Es el reflejo de una carrera que parece meteórica.

Lleva el fútbol en los genes. Su padre, Mauro Brasilia, también intentó hacerse un nombre en la cantera del Flamengo, pero no lo consiguió y se centró en el fútbol sala, disciplina en la que triunfó y fue campeón mundial con la selección brasileña en 1985.

En 2011, Reinier Jesús Carvalho se mudó a Río de Janeiro con su padre, decidido a convertirse en un jugador de fútbol profesional.

Hizo una primera prueba con el Vasco da Gama, pero a los pocos meses salió. Después lo intentó en el Fluminense, otro de los clubes tradicionales de Río de Janeiro y rival histórico del Flamengo, por donde pasó también fugazmente.

Hasta que en 2014, con apenas doce años, la historia se repitió, aunque con un final distinto. Su padre le inscribió para una prueba en el Flamengo y hasta hoy. La historia es parecida con las de Neymar y Rodrygo -otra promesa brasileña del Real Madrid-, cuyos padres fueron futbolistas sin mayor éxito y apostaron por sus hijos.

En apenas un lustro el atacante ha ido saltando categorías y sumando títulos regionales. Con quince años fue convocado con la selección brasileña Sub'15.

Reinier confesó recientemente que cuando su padre le dio la noticia de su primera convocatoria salió gritando por la casa como un loco porque era "la realización del primer sueño como jugador".

Reinier celebra un título con el Flamengo.

Su paso por la selección no ha sido, sin embargo, tan dulce como en el Flamengo.

El mediapunta vio escapar el Campeonato Sudamericano Sub'15 de 2017 ante Argentina, que consiguió remontar un 0-2 y llevarse el título. Disputó el Sudamericano Sub'17 de 2019, en el que marcó tres goles que no sirvieron para que el equipo se clasificara para la fase final.

También tuvo la oportunidad de jugar el Mundial Sub'17 que Brasil organizó a finales del año pasado y que tenía como una de las sedes su ciudad natal, pero el Flamengo no le liberó.

La comisión técnica evaluó entonces que Reinier era ya una pieza clave en el elenco y que el momento de la temporada era decisivo, con el Campeonato Brasileño y la Libertadores en liza.

La directiva también hizo su parte y, ante el creciente interés de los grandes clubes de Europa, renovó en noviembre el contrato del joven hasta 2024.

En realidad, la renovación fue una maniobra para evitar su salida gratuita al final de la temporada de 2020 y asegurarse un jugoso traspaso en el futuro.

De paso, para hacer más atractiva su transferencia, le bajaron la cláusula de rescisión de los 70 millones de euros a una cifra que la prensa brasileña especula que ahora sea de 35 millones de euros.

Jorge Jesus ya le ha bendecido. El entrenador flamenguista garantiza que tendrá un "camino brillante" y espera que "continúe equilibrado" porque su madurez, hoy por hoy, "está cinco años por delante" de la de un chaval de 17 años.

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