El Real Madrid no se mueve. El conjunto blanco agotó el reloj del mercado de fichajes de invierno sin ningún alta para el primer equipo y apenas dos salidas: Zidane pone el orden, mantiene su base y confirma el verdadero mercado blanco.
Zinedine Zidane abrió el mes con éxito y un mensaje claro: todos los jugadores cuentan para el francés. Mariano Díaz, el gran señalado para salir, jugaba en la Supercopa de España y el mercado empezaba con morbo.
Con Reinier, para el Castilla, como gran nombre del mes, las salidas se centraron en Álvaro Odriozola, que se marchó al Bayern, y en Jesús Vallejo, que rompió su cesión en la Premier para irse al Granada.
Lejos de esos tres nombres, el vacío. Zidane apostó en enero por Mariano o por Brahim y le confirmó a Florentino Pérez que para él, tal y como sucedió algunos meses, la clave del mercado era mantener a los mejores hombres.
La posición con más rumores, como no podía ser de otra manera, volvió a ser el centro del campo. Si en su día Pogba fue el nombre propio, esta vez le tocó a Van de Beek, que tendría un acuerdo para llegar en verano al conjunto blanco.
Con Bruno Fernandes en Manchester y Eriksen en Milan, dos de los pretendidos blancos pierden posibilidades y abren, aún más, la puerta a un verano con Paul Pogba como gran objetivo del Real Madrid.
Fede Valverde seguirá siendo el refuerzo de la temporada y Zidane, que ya tiene líder a su equipo, seguirá comandando un barco que, al parecer, apenas necesita algunas pinceladas.