Gareth Bale vuelve a ser protagonista en el Real Madrid, novedad en la primera convocatoria de Zinedine Zidane tras la eliminación copera, para visitar a CA Osasuna en un partido en el que si participa, será su segunda aparición en LaLiga Santander de un 2020 en el que se ha desplomado su protagonismo.
Nada de lo que ocurra en torno a Bale ha provocado la queja pública de Zidane. Habló con actos, dejando fuera al galés después de su última molestia, un leve esguince de tobillo que le impidió acabar el partido frente a Unionistas en el estreno copero.
Desde entonces no ha habido noticias deportivas del galés, protagonista por llegar tarde a un partido en el Santiago Bernabéu e irse antes, el que provocó el adiós a la Copa del Real Madrid ante la Real Sociedad, y por las declaraciones de su representante Jonathan Barnett que lo mismo intenta provocar su salida que ahora asegura que su jugador cumplirá los dos años de contrato que le restan. El pulso es continuo y las altas esferas de la casa blanca se han cansado.
Zidane siempre afirma que cuenta con Bale aunque desde que se ha recuperado de su último percance lo dejó fuera de la convocatoria para el derbi ante el Atlético de Madrid y el duelo frente a la Real Sociedad. Hasta hoy no dio una sola pista sobre las razones de su decisión: "Lo que quiero es que Bale esté bien para jugar". Fue un desliz ante la insistencia de los periodistas de una defensa sin fisuras. "No tengo ningún problema con Bale", insistió.
Los números reflejan la perdida de importancia del jugador que era el elegido por el club para ser el heredero de Cristiano Ronaldo. Nada más lejos de la realidad. Quince partidos esta temporada de los 33 que ha disputado el Real Madrid. Once de titular. Solo tres goles. Un doblete al Villarreal y un tanto a Unionistas en un partido que Bale jamás pensó jugar por un estatus que ha perdido.
El Real Madrid solo salió derrotado de un partido con Bale en el campo, en el Parque de los Príncipes ante el París Saint-Germain, pero la aportación del galés ha sido intrascendente. Aún así Zidane sabe que no puede permitir dejar un valor en la club en la grada lo que resta de temporada. Se desplomaría su valor para una posible venta en el verano, con el mercado inglés como la esperanza de recuperar algo de lo invertido en un futbolista marcado por las lesiones en sus sóleos y una fragilidad que siempre le impide tener continuidad.
Defiende el técnico francés que Bale será importante antes de que acabe el curso, para la consecución de algún título grande. Ahora depende de él decidir el momento del enésimo intento. El Sadar puede ser el escenario de la firma de unas nuevas paces y un nuevo punto de partida para un jugador que vuelve a escena y que pronto se tendrá que enfrentar al sentimiento del madridismo en el Santiago Bernabéu.