El CD Leganés recibe la visita de un Real Madrid ya campeón de Liga, con la obligación de ganar y esperar el resultado del Celta de Vigo, si no quiere que este sea el último partido de una trayectoria de cuatro años en la máxima categoría del fútbol español.
Todo lo que no sea sumar los tres puntos daría con los huesos del equipo que dirige el mexicano Javier Aguirre en LaLiga SmartBank e incluso consiguiéndolos no hay garantía de salvación, pues el Celta de Vigo no tendría que ganarle a un Espanyol ya descendido.
Sin duda un reto de gran complicación que los blanquiazules afrontan con la moral por las nubes gracias a los últimos resultados, pues han sumado diez puntos de doce posibles con victorias ante dos rivales con aspiraciones europeas como el Valencia y el Athletic Club a domicilio.
En lo que respecta a los precedentes, no son halagüeños en la medida en que los leganenses nunca han ganado a los blancos en competición liguera. Sí lo han hecho, hasta en dos ocasiones, en la Copa del Rey. Una de ellas, la lograda en el Santiago Bernabéu en la vuelta de los cuartos de final de la edición 2017-18 y que sirvió para remontar la eliminatoria. Ese partido confesó Zinedine Zidane a la conclusión de su primera etapa en el banquillo madridista como la más dura sufrida a lo largo de ese periodo.
El técnico mexicano Javier Aguirre no ha querido desvelar las bajas con las que cuenta el grupo, por lo que podría aparecer por sorpresa alguno de los lesionados las últimas semanas como Guido Carrillo u Óscar Rodríguez, cedido por el Real Madrid. Lo que sí es seguro es que retornarán Jonathan Silva, Chidozie Awaziem y José Luis García del Pozo 'Recio' tras cumplir las respectivas sanciones que les impidieron estar en la visita al estadio de San Mamés.
Para el Real Madrid el partido será el fin de fiesta tras cumplir su gran objetivo de la temporada, conquistar su trigésima cuarta Liga. En juego la imagen, el respeto a la competición y una racha que ha sido decisiva para dar la vuelta a la clasificación con el regreso del fútbol tras el confinamiento.
Diez triunfos consecutivos que Zinedine Zidane desea que sean once antes de conceder unos días de vacaciones a sus jugadores para que recarguen pilas y encarar el intento de remontada europea el 7 de agosto ante el Manchester City.
Los esfuerzos realizados para proclamarse campeón y hacerlo antes de la última jornada, provocarán rotaciones masivas de Zidane en su equipo titular. Cederá la portería Thibaut Courtois a Alphonse Areola en el que se perfila como su último partido en el club. También lo podría ser de jugadores como James Rodríguez o Gareth Bale, con los que Zidane no ha contado en el momento decisivo. El colombiano ni convocado desde que pidió no viajar a Bilbao y el galés viendo cada partido desde la grada.
Con Courtois aferrándose al premio individual de portero menos goleado, las opciones de Karim Benzema a acabar como máximo goleador están a dos goles de distancia de Leo Messi. El francés está en racha pero su presencia de inicio no es segura. Zidane no quiso desvelarlo y debe decidir si es mejor ya su descanso para no correr riesgos innecesarios de lesión. Sería Luka Jovic el que iniciaría en un tridente que podrían completar Vinicius y Marco Asensio.
Leganés: Cuéllar; Ruibal, Rosales, Siovas, Tarín, Marc Navarro; Roque Mesa, Bryan Gil, Amadou, Eraso; Guerrero.
Real Madrid: Areola; Lucas Vázquez, Militao, Sergio Ramos, Mendy; Valverde, Kroos o Modric, Isco; Marco Asensio, Vinicius, Benzema o Jovic.
Guillermo Cuadra Fernández (Comité balear).