El estreno del Real Madrid en LaLiga Santander, con un empate sin goles en San Sebastián ante la Real Sociedad, puso en evidencia un mal del pasado, la falta de pegada del equipo madridista en un partido que dejó la respuesta de Raphael Varane, el regreso con galones de Martin Odegaard y un inmovilismo táctico de Zinedine Zidane que se entiende como mensaje a las altas esferas.
1. La falta de gol.
Es un mal que sufre el Real Madrid desde que Cristiano Ronaldo puso fin a su etapa gloriosa en el club blanco. Se esperaba una sombra alargada pero se ha hecho aún mayor por la falta de un refuerzo goleador, un matador de área. Zidane depende de la inspiración goleadora de Karim Benzema y no tiene un suplente de garantías en el que confíe. El peso del partido lo asumió el conjunto madridista, con ratos de buen fútbol y físico para meter buen ritmo, pero con un problema por resolver en los últimos metros. Cuatro disparos a portería rival en todo el partido y ninguna oportunidad clara de marcar. La última Liga la conquistó desde su fortaleza defensiva y el curso lo ha empezado con las mismas virtudes pero también con los mismos defectos a la espera de recuperar jugadores lesionados como Eden Hazard y Marco Asensio que deben cambiar la cara ofensiva del equipo.
2. Inmovilismo táctico de Zidane.
Sorprendió que con empate a cero y cinco cambios a su disposición, Zidane no tirase de alguno de los dos delanteros que tenía en el banquillo: Luka Jovic y Borja Mayoral. El gesto habla por sí solo e invita a los dos a buscar una salida inmediata antes de que se cierre el mercado. Vieron cómo su entrenador prefirió hacer debutar en la elite a dos chicos de la cantera, una decisión que justificó el entrenador en rueda de prensa argumentando que no quería tocar el dibujo. Ese 1-4-3-3 debe aportar vértigo ofensivo por las dos bandas y Vinicius ni Rodrygo lo consiguieron. No fue Zizou un técnico sin recursos tácticos la pasada campaña, precisamente mostró mayor variedad de registros a su vuelta para cambiar el rumbo de los partidos. No jugar con dos puntas fue un mensaje lanzado a las altas esferas: necesita un delantero centro antes de que se cierre el mercado.
3. Galones a Odegaard en su regreso.
Sorprendió la renuncia de inicio en el equipo titular de uno de esos jugadores intocables, pieza clave en la columna vertebral madridista como es el brasileño Casemiro. Lo hizo Zidane para encontrar hueco a Martin Odegaard y regalarle un regreso con galones al noruego. Su aportación buscando espacios entre líneas fue interesante, así como el descaro que le dan los años y el crecimiento lejos de casa en cesiones que le han permitido desarrollar el gran futbolista que es y pedir siempre el balón. Fue de más a menos, pagando el ritmo de partido por las molestias de rodilla que arrastra en toda la pretemporada. A falta de fichajes es el único jugador que ilusiona a la afición del Real Madrid que ve salir jugadores sin que lleguen fichajes en tiempos económicos difíciles para el mundo del fútbol.
4. Varane se levanta.
El partido con el que se cerró la temporada dejó marcado a Raphael Varane que dio la cara al momento, sufrió el precio de una eliminación europea por dos errores groseros ante el Manchester City y lo digirió en un verano que ha trabajado aún más si cabe para ofrecer un gran nivel a su regreso. Lo consiguió en el Reale Arena, con una imagen repleta de firmeza, rápido, con seguridad en la salida de balón y volviendo a lucir como pareja en el centro de la defensa de Sergio Ramos, una dupla perfecta que tantos títulos ha dejado en la casa blanca. La confianza de Zidane nunca ha mermado y seguirá siendo un fijo.
5. Courtois decisivo.
Interpreta el portero belga uno de los papeles más difíciles del equipo. Con la firmeza defensiva que exhiben sus compañeros, las llegadas del rival se han reducido al máximo y debe estar plenamente concentrado para responder cuando es el momento que marca si el partido tira hacia un lado u otro. La acción llegó en un mano a mano con Isak ante el que Courtois se hizo gigante. Salió con rapidez a tapar espacios y en el momento del golpeo, estiró la pierna izquierda para sacar con el pie un disparo que iba dentro y habría adelantado a la Real Sociedad. Primera puerta a cero del portero madridista que la dejó imbatida en 18 jornadas la pasada Liga para ser una de las claves del éxito.