El Real Madrid acusó ante el Levante la falta de ritmo competitivo de los jugadores que entran por lesiones de titulares, como el brasileño Militao expulsado al inicio de partido o Álvaro Odriozola con errores en los goles, en una dura derrota, la octava de la temporada, que aleja la Liga y deja la Champions como única vía de escape.
Sufrió desde su casa Zinedine Zidane, aún confinado por coronavirus, las consecuencias de su cambio de línea en la gestión de la plantilla. La adoptó por los resultados y el bajo rendimiento de la segunda unidad pero ha jugado en su contra cuando las bajas vuelven a llenar la enfermería blanca, se ve obligado a tirar de futbolistas que llevan tres meses sin competir y salen marcados en partidos que definen una temporada.
UNA DEFENSA INÉDITA CON DESAJUSTES QUE COSTARON CAROS
El Real Madrid pagó las bajas de Sergio Ramos, Dani Carvajal, Nacho Fernández y Lucas Vázquez en defensa. Son los habituales de Zidane junto a Raphael Varane y Ferland Mendy. La intensidad en las marcas se rebajó y el precio que tuvo que pagar a sus errores defensivos fue el más alto. Jugó todo el partido condicionado por la expulsión de Militao en una jugada a los siete minutos fruto de su mala compenetración con Varane. Ninguno defendió por la espalda a Sergio León, el único atacante levantinista para el contragolpe. Encontró espacio libre para correr con los centrales con vigilancias laterales y el brasileño lo derribó por detrás en un gesto desesperado tras el desajuste. Pudo ser amarilla o roja, en función de la interpretación del colegiado y el VAR sobre acción manifiesta de gol, pero lo que es indiscutible es el error inicial en el posicionamiento defensivo.
LA ESPALDA DE ODRIOZOLA Y LA FALTA DE AYUDAS
Los dos goles que provocaron la derrota del Real Madrid extendieron el mal partido en fase defensiva del equipo de Zidane. El tanto del empate de Morales llegó provocado por el movimiento hacia el centro de Odriozola cuando el equipo se movió en bloque a la banda derecha del Levante, desde donde llegó el centro, la perdida de su marca y la falta de ayuda de Marco Asensio. El remate, una genialidad del 'comandante', de primeras y a la escuadra, pero libre de marca en otro error que pagó caro el equipo blanco. Se repitió en la acción de que decidió el encuentro, con Roger Martí libre de marca en un saque de esquina y con tiempo para controlar y cruzar su disparo para evitar que la gran actuación de Thibaut Courtois rescatase ningún punto para su equipo. Todo el esfuerzo físico realizado en 80 minutos con diez jugadores, se desplomó por malas decisiones defensivas y despistes en las marcas.
POBRE BAGAJE OFENSIVO Y SIN UN REFERENTE
Apenas dos disparos a puerta dejó el Real Madrid y uno fue el gol de Marco Asensio con el que se adelantó en el partido. El escenario pedía un referente, un futbolista que tirase de galones y pidiese el balón. Para eso llegó Eden Hazard, pero el belga no está para grandes desgastes físicos y no apareció. Hasta ocho perdidas en las pocas ocasiones que entró en contacto con el balón y un esfuerzo defensivo para el que demostró no está aún preparado. A mitad de diciembre ya estaba recuperado de su última lesión, un problema muscular que le cortó de nuevo el ritmo. Ya ha participado en seis partidos y ha tenido alguna semana limpia, como la actual, para intensificar su preparación física y adquirir un mejor estado de forma. Su equipo le necesita en su mejor versión pero se mantiene a años luz del futbolista que brilló en el Chelsea y con Bélgica en el Mundial.
LA INVOLUCIÓN DE VINICIUS
El partido estaba para el jugador brasileño, con un Levante instalado en campo contrario y la posibilidad de aprovechar los espacios para correr y explotar una de sus virtudes. Zidane ordenó el cambio a la distancia con empate en el marcador y media hora por delante. Sin embargo Vinicius, que no siente confianza y añora continuidad cuando deja una buena actuación, salió acelerado y cometió un penalti, mientras que en ataque no aportó nada. Lejos de evolucionar como jugador, protagoniza una regresión. Cada aparición con menos confianza para generar desequilibrio, sin encontrar solución a su falta de gol y mostrando menos virtudes de las que tenía cuando aterrizó en el Real Madrid.