La guardia de la noche del Real Madrid: consagrados con Zidane

Las alarmas saltaron en la previa del Real Madrid-Liverpool en Valdebebas. Varane daba positivo en coronavirus y se convertía en baja para los tres encuentros que podrían marcar la temporada, la eliminatoria ante el Liverpool y el Clásico frente al Barcelona. Muchos miraban entonces a Nacho y Militao como un eje de la zaga inconsistente y muchos han tenido que recoger cable después de tres encuentros en los que ambos se han coronado.

Como si del Muro de Juego de Tronos se tratase, Zidane supo erigirse en líder de un grupo de jugadores que no permitieron que el Liverpool anotase un tanto que les acercase a la remontada. El trabajo de todo equipo y un par de paradas salvadoras de Thibaut Courtois (o la falta de puntería) llevaron al equipo a un 0-0 en Anfield suficiente para colocarse en semifinales de Champions.

Ahí destacaron los dos futbolistas de los que hablamos, Nacho y Éder Militao, los miembros más aventajados de una Guardia de la Noche que impidió que los caminantes (rojos en esta ocasión) lograran colarse en la meta.

Nacho ya llevaba unas semanas dando avisos de que había vuelto a su mejor nivel. Ante la baja prolongada de Sergio Ramos, el canterano recuperó su nivel previo al Mundial 2018 para convertirse de nuevo en ese futbolista que lleva la fiabilidad y la regularidad tatuadas en la frente. 

No hay un balón que pasara por sus cercanías que no terminara despejándolo el central. Además, no dudaba en salir al corte cuando se veía con posibilidades sin dejar rota la defensa con su hueco.

Su compañero aún dejaba más dudas hace solo 10 días. La baja de última hora de Varane colocaba a Militao como titular obligado y, pese a que en el recuerdo del Real Madrid quedaban sus malos partidos esta campaña, el brasileño empieza a demostrar por qué costó 50 millones.

Exhibición absoluta del ex del Oporto en Anfield con un partido que sirve para culminar un triplete de actuaciones con grandísima nota para el central en esta semana. Siempre estaba en el sitio exacto para impedir los remates y, por alto, se comió a los atacantes del Liverpool.

Lo que cambia el fútbol en unos meses. Zidane ha pasado de tener solo dos centrales fiables en la plantilla entre rumores de salida a sacarse de la manga una dupla que firmó hace ocho días un juramento inquebrantable: "La noche se avecina, ahora empieza mi guardia".