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Así está el 'nuevo' Bernabéu a ocho días del Real Madrid-Celta: la grada baja no existe

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El Santiago Bernabéu se prepara para su puesta en escena año y medio después de acoger su último encuentro. La pandemia y la ausencia de público han servido para que el Real Madrid dé un impulso importante a las obras de su estadio, que aún no está ni mucho menos acabado. Aún así, volverá a abrir sus puertas el próximo domingo ante el Celta de Vigo en el regreso de LaLiga Santander.

Un partido en el que el aficionado se fijará en muchos detalles, más allá del fútbol. El Real Madrid aún tiene que instalar el césped, pues a falta de ocho días no se ha colocado en su lugar habitual. El terreno se ha preparado durante las últimas horas y entre el domingo y el lunes se podrá ver el verde de nuevo en la Castellana.

Lo que no se verá son las gradas bajas. Durante las obras, y con motivo de los huecos que se han creado para el nuevo césped retráctil, que aún no se colocará, buena parte de la grada baja del Bernabéu se ha derribado. Por debajo se han construido también nuevos pasillos.

Los exteriores del Bernabéu, en obras.

El Bernabéu, sin grada baja y en plenas obras

A ocho días para que vuelva a rodar la pelota, no existen las primeras filas del feudo madridista en sus zonas de Lateral Oeste y Fondo Sur, mientras que las gradas bajas de Lateral Este y Fondo Norte están a la mitad. Salvo sorpresa mayúscula, ninguna de esta serán reconstruidas en los próximos días, aunque sí que se están recolocando muchos asientos en las zonas más altas de esta grada baja.

Todo apunta a que el partido, así pues, se disputará no sólo sin esas primeras filas, sino también sin ninguna lona vertical que las tape, pues en ese caso también taparía la visión a las filas superiores y a las gradas de más arriba, donde sí habrá aficionados. En el mejor de los casos, se colocará una lona horizontal que tape esas primeras filas del estadio que ahora mismo están en obras.

El color de los asientos seguirá siendo azul, a la espera de novedades. Los accesos han cambiado, pues se han derribado dos torres y se han construido otras dos, más grandes. Además, habrá puertas por las que no se podrá entrar ni salir, por lo que muchos aficionados deberán cambiar sus costumbres. La mayor novedad, como es evidente, se verá en la estructura de la cubierta, en la que se ha izado la cercha número cuatro. Aún así, casi todos los espectadores se mojarían en caso de que lloviera durante el encuentro, pues la cubierta no está ni mucho menos completada.

El Santiago Bernabéu, sin grada baja y a la espera del césped.

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